La final de Masterchef 9 se saldó la noche del martes 13 de julio con un ganador Arnáu París. El barcelonés se disputó la chaquetilla de oro con otra catalana, Meri, una de las favoritas del concurso.

Al jefe de creatividad del espacio barcelonés EspaiSucre, Ricard Martínez, se le considera un de los mejores pasteleros de nuestro país y ha sido el primer invitado de la final y el más impopular entre la audiencia por por el trato que le dio a los cuatro concursantes: Arnau, Fran, María y Mery.

El repostero creó su obra maestra con 12 ingredientes que se le dieron a cocineros de RTVE, que también tuvieron el mismo tiempo que él para elaborar su plato.

Ricard fue muy exigente durante la elaboración y azuzó a los finalistas órdenes e indicaciones muy estrictas. A su vez, respondía a los concursantes en un tono que la audiencia del programa consideró "borderías", "sobradas" e "impertinencias".

La audiencia lo tachó de "estúpido", "subido" y "subnormal".

Consideran que en una noche de "tanta tensión" donde los participantes están "tan sensibles" estaba fuera de lugar que actuase de esa manera.

Una de las impertinencias que más molestó a los tuiteros tuvo lugar cuando a Meri, que trabajó deprisa y bajo presión en la final, se le quemó el caramelo en la vitrocerámica y le preguntó cómo solucionarlo:  "¿Es la primera vez que cocinas aquí?", le asestó Ricart.

"Soy demasiado bueno, os repito las cosas varias veces", indicó en uno de los momentos más tensos de la prueba.

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La audiencia de Masterchef 9 al escucharlo se volcó definitivamente con los aprendices de RTVE y los tuiteros criticaron la actitud del cocinero invitado y su falta de decoro.