Rocío Carrasco prometía polémica tras su esperada irrupción en los medios de comunicación después de años de silencio. El anuncio de la serie documental "Rocío: contar la verdad para seguir viva" batió, como prometía, los récords de audiencia en cada episodio. La repercusión de su primera emisión se saldó con el despido fulminante de Antonio David Flores, quien, después de participar en Gran Hermano VIP, regresó a los medios de comunicación como colaborador de varios programas del corazón, incluido Sálvame.

Rocío Carrasco durante la emisión de "Rocío: contar la verdad para seguir viva" Telecinco.es

La hija de Rocío Jurado provocó un fenómeno de despertar feminista equiparable a un #metoo a la española, incluso la Ministra de Igualdad, Irene Montero, la apoyó públicamente en Twitter bajo el hashtag #Yosítecreo. Todos los colaboradores de Sálvame se posicionaron a favor de Rocío Carrasco, incluidos sus antiguos detractores como Belén Esteban, que pidió perdón públicamente por su desconfianza.

Belén Esteban, arrepentida por difamar a Rocío Carrasco Telecinco

Los episodios se sucedían a la par que la vehemencia de los seguidores de su protagonista, cada vez más ruidosos en su defensa. A partir de la tercera semana se empezaba a cuestionar la "verdad" de la exmujer de Antonio David Flores. El conflicto entre ambos abrió una trinchera social en la que la polarización crecía en direcciones opuestas e inamovibles pero el sector feminista era más fuerte y Rocío Carrasco triunfaba ante la opinión pública. Hasta la noche del 19 de mayo.

El debate en Sálvame sobre la serie documental cambió la dirección de los hashtag, que se reducían a uno: #RocíoFalsa.

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