La feligresía de Bob Esponja cayó en un profundo abatimiento cuando, a mediados de julio, Paramount anunciaba que “Un héroe al rescate”, tercer largometraje protagonizado por la carismática criatura amarilla, no se estrenaría en los cines a causa de la pandemia. La nueva película de Bob Esponja y Patricio saltaría directamente al streaming en una fecha por decidir del año 2021, una noticia muy triste si se tiene en cuenta que era uno de los estrenos de cine más esperados e ilusionantes del verano.

El disgusto, sin embargo, se trasformó en alegre sorpresa tras el anuncio de que no habría que esperar al 2021. Al contrario: Netflix, que había adquirido los derechos para su distribución fuera de Estados Unidos, acaba de estrenar Un héroe al rescate, colorista (y emocionante) delirio en el que nuestros dos ídolos submarinos salen en busca del caracol Gary, que ha sido secuestrado por el rey Poseidón, y acabarán nada menos que en los casinos de la ciudad perdida de Atlantic City tras recibir consejo de una cabeza de Keanu Reeves incrustada en el interior de una planta rodadora del desierto... El universo Bob Esponja sin filtro.

En mayo del 2019 se celebraron los 20 años del estreno del primer episodio en Estados Unidos. En estas dos décadas, la serie creada por el malogrado biólogo marino Stephen Hillenburg se ha convertido en uno de los más colosales fenómenos de la cultura popular del siglo XXI. Aquí intentaremos desentrañar las razones del gran éxito de Bob Esponja entre niños y, sobre todo, adultos entregados sin complejos al soplo de vida de todos y cada uno de sus disparatados episodios.

Seis meses antes de la fiesta de 20º. aniversario, la gran familia de Fondo de Bikini hubo de lidiar con la trágica muerte de Hillenburg a causa de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Tenía 57 años. Había estudiado biología marina e impartido clases en un instituto oceanográfico, donde utilizaba como método de enseñanza un cómic con muñequitos de fauna y flora subacuática que él mismo había dibujado.

Más tarde, Hillenburg dejaría la enseñanza y se dedicaría al arte y la animación. Trabajando en Nickelodeon, pudo dar rienda suelta a sus dos pasiones, la biología y el dibujo, creando Bob Esponja, serie de la que sería showrunner entre 1999 y el 2004.

Nickelodeon emitió el 1 de mayo de 1999 el primer episodio de la serie, aquel ya legendario Se necesita ayudante en el que la esponja con pantalones cuadrados encontraba trabajo en la parrilla de la hamburguesería El Krustáceo Krujiente tras salvar a su propietario, el Señor Kangrejo, de una invasión de anchoas. El capítulo, pequeña maravilla animada de algo más de ocho minutos de duración escrita por el propio Hillenburg, daba pistas inequívocas del camino que tomaría la serie: los personajes carismáticos (el luminoso Patricio, el usurero Kangrejo, el avinagrado Calamardo), el universo chiflado de Fondo de Bikini o el frenesí visual evocador de los mejores cartoons clásicos de Chuck Jones, Tex Avery y Bob Clampett.

A la serie le costó arrancar. No fue hasta la mitad de la segunda temporada, bien entrado el 2001, que empezó a despuntar en audiencia y convertirse en estratosférico fenómeno pop. Han sido, hasta ahora, un total de 444 episodios --emitidos en 268 capítulos, la mayoría a modo de programa doble-- repartidos en 13 temporadas, así como tres largometrajes, dos estrenados en salas de cine, “Bob Esponja: La película” (2004) y “Bob Esponja: Un héroe fuera del agua” (2014); y un tercero, el que nos ocupa, derivado directamente al streaming por culpa de la pandemia.

Además de un aplaudido musical de Broadway, de casi 30 videojuegos y de una extensa colección de cómics (publicados en España por Roca Juvenil), Bob Esponja contará a principios del 2021 con precuela: “Campamento coral,” serie en la que se relatarán las aventuras infantiles de nuestros héroes en sus veranos de ensueño, y de la que aparecen los primeros aperitivos, en forma de emotivos flashbacks, en el filme “Un héroe al rescate”.

Por supuesto, el universo de Fondo de Bikini ha generado cientos, miles, millones de objetos de merchandising durante estas dos décadas, casi tantos como los de otros hitos pop dignos de estudio como “Cars” o “Frozen”. Y ha contado con reconocidos fans como Pharrell Williams, Marc Jacobs, Karl Lagerfeld, LeBron James y Barack Obama.

En el fabuloso mediometraje “Descubriendo la Atlántida” (2007), David Bowie ponía la voz al personaje de Su Alteza Real. Y en el también sensacional capítulo largo “Bob Esponja y la gran ola” (2009), Johnny Depp hacía lo propio con el surfero Jack Kahuna Laguna. En “Bob Esponja: La película”, David Hasselhoff regalaba un delirante cameo como socorrista de playa. En “Un héroe fuera del agua,”, Antonio Banderas se convertía en el villano de la función como Pirata Burger Barba; y, en fin, poco que añadir a las alucinógenas apariciones de Keanu Reeves en esta última entrega. Ser fan de Bob Esponja siempre ha tenido algo cool.

En el 2015, el crítico Juan Manuel Freire afirmaba que “si Los Soprano se considera la piedra capital de la tercera edad dorada de la televisión, Bob Esponja sería algo así como el equivalente en cuanto a series de dibujos para niños”. Se refería a la influencia capital de su imaginación sin freno en estupendas series posteriores como “Hora de aventuras”, “Tito Yayo” o “Steven Universe”.