Las calles de Róterdam estaban vacías. Aunque era ya el tercer fin de semana de mayo, el momento en el que la ciudad holandesa debía recibir a miles de visitantes de toda Europa, la pandemia había acabado con un evento anual que parecía inasequible al paso del tiempo: por primera vez desde su creación en 1956, este año no habría Eurovisión. Para Róterdam, destinada a acoger el festival gracias al triunfo, el año pasado, del neerlandés Duncan Laurence, la suspensión fue un bofetón descomunal en términos económicos, aunque les queda el consuelo de que en 2021 acogerán la próxima edición del concurso. Para los millones de seguidores del festival, ni siquiera esa expectativa les sirve para aguantar el "mono", aunque una producción de Netflix, convertida en éxito resonante desde su estreno el pasado 26 de junio, ha servido como bálsamo: "Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga". Una comedia absurda, con cierta vocación gamberra, que cuenta con el aliciente para los fans de una infinidad de cameos y guiños sobre la historia del festival.

"Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga" sigue los pasos de Lars ( Will Ferrell) y Sigrit ( Rachel McAdams), dos artistas islandeses de medio pelo fascinados por Eurovisión desde que, siendo niños, vieron por televisión el triundo de ABBA en la edición de 1974 con "Waterloo" , una canción que ha sido elegida, por votación popular, como la mejor que ha sonado en la historia del festival. Desde ese momento, las referencias a la historia del certamen se suceden a lo largo de todo el metraje, pero especialmente desde el momento en que el dúo islandés aterriza en Escocia, donde se celebra la edición del certamen en la que participan.

Un paseo por Edimburgo de Sigrit y Lars sintetiza la naturaleza de su relación (la joven está enamorada de su compañero, pero él no lo percibe, al estar obsesionado con triunfar en el certamen) gracias al acompañamiento musical que marca la canción "Amar Pelos Dois" la canción con la que el portugués Salvador Sobral se impuso en la emotiva edición del festiva de 2017. El momento culminante de la escena llega cuando Sigrit y Lars, montados en sendas bicicletas, se paran junto a un cantante callejero que interpreta la canción, y que no es otro que el propio Sobral.

Los guiños son constantes. "Moon Fang", el grupo que representa a Bielorrusia, se planta en escena con máscaras y trajes de monstruos, a la manera de los mimebros de "Lordi", la banda finesa de hard-rock que ganó contra pronóstico la edición de 2006. Y Katiana, la favorita original para representar a Islandia (e interpretada por Demi Lovato), funciona como parodia de cierto tipo de diva que prolifera en el concurso y tiene un aire a Charlotte Nilsson, la cantante sueca que ganó la edición de 1999.

En el terreno del cameo, la sublimación llega a mitad del filme. Con el festival ya a toda vela, Lars y Sigrit acuden a la mansión del representante ruso, Alexander Lemtov (interpretado por Dan Stevens, el coprotagonista junto a Emma Watson de la versión "live action" de "La bella y la bestia"). Durante la velada, los asistentes comienzan a encadenar canciones célebres, algunas muy vinculadas al festival. Interpretan "Believe" de Cher; "Ray of Light" de Madonna; la citada "Waterloo" de ABBA; "Ne partez pas sans moi", con la que Céline Dion, representando a Suiza, ganó el festival en 1988; y "I Gotta Feeling" de "The Black Eyed Peas".

La singularidad es que, aparte de los actores, todos los que interpretan algún pasaje de esas canciones son concursantes Eurovisión 2019 y concursantes destacados en ediciones anteriores. Aparecen, sucesivamente: el sueco John Lundvik (quinto en 2019), la moldava Anna Odobescu (cayó en semifinales en 2019), el francés Bilal Hassani (decimosexto en 2019), la sueca Loreen (ganadora en 2012), el francés Jessy Matador (decimosegundo en 2010), el violinista noruego Alexander Rybak (ganador en 2009), la ucraniana Jamala (ganadora en 2016), la soprano estonia Elina Nechayeva (octava en 2018), Conchita Wurst (ganador en 2014) y la israelí Netta Barzilai (ganadora en 2018).

Aparte de todos estos cantantes, otra voz está enamorando a los fans que descubren la película: la de la cantante sueca Molly "MyMarianne" Sandén, que dobla a Rachel McAdams cuando interpreta canciones como la "power ballad" "Húsavík (Hometown)", una composición de Savan Kotecha, Rickard Göransson y Fat Max Gsus que marca el momento culminante de la película y huele a éxito a la legua.

Entre tanto cameo, no obstante, a muchos fans se les escapa el más importante de toda la película: ellos mismos. Porque "Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga" fue rodada en parte en la Expo de Tel Aviv, durante la celebración del festival de 2019 (de ahí que aparezcan tantos concursantes de ese año), y los interiores que muestran las actuaciones del festival fueron grabados en el propio recinto, durante las semifinales de aquella edición. Si estuvo allí, búsquese: quizás se lleve una agradable sorpresa.