Entrevista

Santi Millán: "Es más difícil hacer comedia que drama, y ahora más necesario"

Se ha convertido en uno de los clásicos en hacer reír en este país, pero además tiene la suerte de poder compaginar el teatro con el cine y la televisión

El actor Santi Millán.

El actor Santi Millán. / EFE

Raquel L. Murias

Se ha convertido en uno de los clásicos en hacer reír en este país, pero además tiene la suerte de poder compaginar el teatro, que es lo que más le gusta, con otros proyectos de cine y televisión.

Polifacético, familiar, y atractivo de nariz grande, Santi Millán se atrevió a fundar su propia productora en 2007 para poder hacer todo aquello que le gustaba y que a veces no se cruzaba en su camino. Ha terminado el rodaje de «Solo para dos», en la que nuevamente Millán tiene la misión de hacernos reír.

-¿Hacer reír es tan difícil como dicen?

-Es más difícil hacer comedia que drama y, sin duda, más necesario. Con los tiempos que corren, la gente tiene ganas de pasarlo bien y desconectar un poco cuando acaba de trabajar.

-¿En qué anda ahora?

-Estoy haciendo temporada con mi espectáculo Santi Millán Live! En el Club Capitol de Barcelona por segunda vez. Y además estoy grabando una nueva serie para Telecinco, «El chiringuito», junto a Blanca Portillo, Jesús Bonilla y Dafne Fernández, entre otros.

-¿Sigue sintiéndose más cómodo haciendo teatro que televisión o cine?

-Sin duda. Mis inicios fueron en el teatro y es lo que más me gusta. Aunque me considero muy afortunado por poder combinar proyectos de teatro, cine y televisión.

-Estuvo veinte años recorriendo España de teatro en teatro. Menuda escuela, ¿no?

-Tengo un recuerdo muy bonito de mi época en «La Cubana». Aprendí muchísimo e hice grandes amigos. «La Cubana» es una compañía que trabaja mucho la interacción con el público y la improvisación, y son dos técnicas en las que me siento muy cómodo. De hecho, en mi último espectáculo «Santi Millán Live!» hay mucho de ese aprendizaje. La interacción con el público y la improvisación son la clave del espectáculo y la gente disfruta mucho.

-En 2007 fundó su propia productora. ¿Fue una decisión premeditada o fue una aventura?

-Más bien surgió la oportunidad de crear una productora (Zoopa) junto a mi socio y amigo Carlos Ortet y no nos lo pensamos. Tener nuestra propia productora nos permite hacer aquellos proyectos que realmente nos interesan. Siempre me ha gustado formar parte del proceso creativo y gracias a la productora esto es posible.

-Es usted un polifacético. ¿Desde cuándo lo sabe?

-Sí, me lo suelen decir bastante. Yo creo que desde siempre. Me gustan los retos y cada nuevo proyecto que surge lo afronto con mucha ilusión y ganas.

-Y luego están sus doblajes, lo mismo le pone voz a un extraterrestre que a un osito de peluche. ¿Es de los que cuentan cuentos a sus hijos a dos voces antes de irse a dormir?

-¡Vaya comparación! El personaje de Ted es demasiado gamberro para enseñárselo a mis hijos. Me gusta mucho hacer doblaje, es otra manera de interpretar un papel.

-¿Qué proyecto le queda por hacer para matar el gusanillo de la ilusión?

-Hacer una película con Daniel Sánchez Arévalo. Me gustan mucho sus películas.

-¿Uno se levanta un día y decide que quiere ser actor?

-Desde pequeño me sentí atraído por la interpretación y por ello en cuanto pude estudié en el Colegio del Teatro en Barcelona. Poco después me incorporé a la compañía «La Cubana» y después, con mucho trabajo, me ha venido todo bastante rodado.

-¿Un actor concilia fácil vida familiar con profesional?

-En la medida de lo posible, sí. Soy muy familiar e intento pasar el máximo tiempo que puedo con mi familia. Paso bastante tiempo fuera por rodajes; así que cuando estoy en Barcelona, donde vivo, aprovecho al máximo el tiempo para estar con ellos.

-¿Hollywood es una ilusión, una utopía o una tontería?

-No me importaría hacer una película en Hollywood, pero tampoco me obsesiona. Si surge un proyecto y es interesante, adelante.

-Una serie de comedia difícil de repetir en España?

-«Siete vidas». Marcó un antes y un después en la historia de las «sitcom» en España. Han pasado muchos años y la gente sigue hablando de ella.

-Sin ser un guapo de libro, es usted muy atractivo...

-Yo nunca me he considerado guapo. De hecho, quien me ha visto en mi espectáculo sabe que me río de mis defectos como mi «gran» nariz.

-¿Esta crisis qué va a dejar por el camino?

-Pues no lo sé, pero sinceramente lo que sí que sé es que la subida del IVA ha hecho que la gente vaya mucho menos al teatro y al cine. Está destrozando el sector.

-¿A qué aplicaría usted un 21 por ciento de IVA?

-A la cultura no. La cultura debe ser accesible a todo el mundo y si encarecemos los precios, al final salimos perdiendo todos, las compañías y la sociedad, que si tiene que prescindir de algo cuando hay crisis, es del ocio y la cultura.

-¿Con este panorama aún quedan ganas de reírse?

-Sin duda. La gente, ahora más que nunca, tiene ganas de olvidarse de los problemas y pasar un buen rato. Ésa es la sensación que tengo de mi público en el teatro. Buscan pasar un buen rato y olvidarse de la crisis durante un rato.

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