Es la otra gran playa de Vigo. Situada en la parroquia de Coruxo, exhala un ambiente más agreste. Tiene unos 800 metros de longitud y unos 45 de arena blanca y fina. Es, sin duda, la playa preferida por los jóvenes, que se dan cita en ella a lo largo del verano, aunque la visitan gentes de todas las edades gracias a su bandera azul.

En O Vao se pueden practicar distintos deportes náuticos, como la vela, el windsurf o el Kayak. La playa está rodeada por una zona ajardinada en la que se encuentran un puesto de la Cruz Roja, una cafetería, duchas, fuentes y tres áreas de aparcamiento con capacidad para centenares de coches. 

Además, dispone de una pequeña zona verde arbolada en la que muchas personas se acomodan para comer o simplemente para escapar del calor.

Una pasarela de madera transcurre paralela al arenal, permitiendo un cómodo paseo a los visitantes, así como un fácil acceso. 

Esta playa atesora un sistema dunar natural que se ha ido recuperando en los últimos años. Un vallado delimita la zona a la que los bañistas no pueden acceder para no dañar el ecosistema. En él se muestran paneles explicativos de la vegetación propia de un sistema dunar.

Una villa romana

En el entorno de esta playa se encuentra la Villa Romana de Toralla, un impresionante yacimiento arqueológico que documenta la presencia de romanos en la costa viguesa en los siglos IV y V d.C. Las excavaciones han sacado a luz cómo se estructuraba una vivienda en la época: sus estancias, salinas y circuito termal.

En frente a O Vao está la Isla de Toralla, fácilmente reconocible por el enorme edificio que en ella se alza, y a la que se puede acceder a través de un puente, muy concurrido por pescadores y paseantes.