P. P.

Es uno de los paseos urbanos más bonitos y concurridos de la ciudad, debido en parte al ajetreo del Club Náutico, la llegada de cruceros con turistas a la Estación Marítima, y la actividad del centro comercial A Laxe.

Poco más de un kilómetro separa el espigón del puerto de la Estación Marítima, pero las vistas a la ría de Vigo y la brisa marina reconfortan al caminante. Cientos de personas acuden a él a diario, bien sea para despejarse del alto ritmo de la vida en el centro o para estirar las piernas.

Los jardines de As Avenidas ofrecen sombra bajo la que refrescarse en verano, además de constituir un multitudinario punto de encuentro de ocio nocturno entre los jóvenes. La calle Montero Ríos alberga numerosos bares con terraza en los que tomar y picar algo, especialmente concurridos con la llegada del buen tiempo.

Muy próxima se halla la plaza de la Estrela, donde la Xunta tiene su delegación en Vigo. Es habitual en ella ver chicos practicando skate o rodando con sus bicicletas, así como niños jugando en los parques habilitados. Domina la plaza una gran escultura, "O Nadador" de Francisco Leiro, frente a la cual se encuentra un complejo de ocio que registra gran actividad los fines de semana.

En la dársena de A Laxe se ubica el puerto deportivo del Real Club Náutico, cuyas instalaciones erigidas en 1945 constituyen el mejor ejemplo de arquitectura racionalista de la ciudad.

A Laxe es el escenario de uno de los festivales más importantes de la ciudad, "O Marisquiño", un multitudinario encuentro de cultura urbana que congrega a miles de personas cada agosto. Destaca en este espacio la figura de "O Bañista", de Francisco Leiro. Allí se encuentra la Estación Marítima de la Ría, en la que pueden obtener billetes para visitar las Cíes, las Ons o coger el barco a Cangas.

El paseo finaliza en el muelle de trasatlánticos donde se encuentra la antigua estación marítima, frente a la que se levanta el conjunto escultórico de Ramón Conde que recuerda el papel de Vigo como puerto de salida de miles de emigrantes que buscaban en América una vida mejor. En la actualidad han cambiado las tornas, y ahora recibe cada año a miles de turistas que llegan a Vigo a bordo de lujosos cruceros.

La estación consta de una cafetería con inmejorables vistas a la ría y a las Cíes, especialmente al atarceder.