El puente colgante más largo del mundo dejará en cuestión de días de estar a solo tres horas en coche de Galicia. El famoso 516 Arouca de Portugal está a punto de perder el primer puesto en este ranking de altura internacional que ostenta desde abril de 2021 y que lo convirtió en un plan de ocio al aire libre para muchos gallegos.

En solo un año el espectacular 516 Arouca sobre el río Paiva (recibió incluso un 'Óscar' del Turismo') bajará del primer escalón del podio para dejar paso a otra estructura similar, pero mucho más grande. Estará en Europa, pero a bastante más distancia de Galicia que la senda de vértigo lusa.

Vista del puente colgante que se convertirá esta primavera en el más largo del mundo. Dolní Morava

En cuestión de semanas, para atravesar el puente colgante peatonal más largo del mundo no habrá que ir a Portugal, sino a la República Checa (hay vuelos directos desde el aeropuerto de Oporto).

Frente a los 516 metros de longitud del Arouca portugués, el puente colgante que está a punto de abrir en la República Checa (Sky Bridge 721) roza los 730 metros de largo.

El Sky Bridge 721 se ha construido en la localidad y estación de esquí de Dolní Morova, una zona de montaña situada al noreste de la República Checa. La estructura está prácticamente terminada y la cuenta oficial de turismo anuncia ya que su apertura está prevista para esta primavera de 2022.

Esta nueva estructura balanceante de vértigo (puedes ver otras similares que hay en el resto del mundo en este enlace) será para peatones y conectará dos colinas dejando en su parte inferior un valle a 95 metros del suelo.

En este último apartado el puente 516 Arouca de Portugal gana la batalla, ya que su altura ronda los 170 metros. Eso sí, la zona montañosa del Sky Bridge se sitúa a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar.

Viaje a través del puente colgante más vertiginoso de Portugal

Viaje a través del puente colgante más vertiginoso de Portugal Alberto Blanco

Tiene también el tobogán más grande del mundo

En esta estación de esquí de la República Checa está también uno de los toboganes más grande del mundo. Se trata de una enorme estructura peatonal de 18 pisos de alto cuya sinuosidad recuerda a una montaña rusa. Pero además de caminar por ella hasta un espectacular mirador, los turistas pueden lanzarse por un tobogán de 100 metros.