El vaso puede arruinar el sabor de la cerveza sin que lo notes: esta es la explicación

Servir una buena caña no depende solo del tipo de cerveza, el grifo o la temperatura. Aunque no todo el mundo lo sabe, hay un detalle mucho más sencillo y fácil de pasar por alto que puede estropear su sabor.

Tal y como explica el creador de contenido especializado en curiosidades del mundo de la hostelería @restobarlaspenhas, el vaso influye enormemente en el sabor de la cerveza.

En un vídeo muestra cómo restos invisibles de polvo, grasa o suciedad en el caso provocan la pérdida prematura del gas, lo que afecta a la textura y al disfrute.

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La diferencia entre un vaso limpio o sucio

Si la copa presenta restos de polvo o cualquier impureza se generan los llamados puntos de nucleación. Estos puntos son zonas donde se acumula el gas de la bebida, formando burbujas visibles que se adhieren a las paredes del vaso.

Este efecto puede dar la sensación de que la bebida tiene más carbónico del habitual, cuando en realidad lo está perdiendo más rápido.

Por el contrario, en una copa bien limpia las burbujas no se forman con tanta facilidad. La cerveza mantiene su carbonatación durante más tiempo, mejor conservada y con una textura más agradable al paladar.

Para evitar esto, el consejo de @restobarlaspenhas es claro: antes de servir una cerveza, el vaso debe enjuagarse con agua de un grifo especial que la mayoría de barras tiene.