Crítica de 'Salve María': la sombra de un infanticidio

El nueva película de Mar Coll es un relato poco complaciente sobre la maternidad. La directora de ‘Tres dies amb la família’ propone una visión del tema que se sale de cualquier zona de confort. El periodo posterior al parto resulta terrible para la protagonista, una joven escritora, María (Laura Weissmahr, simple al filo de la histeria), que en el fondo rechaza a su hijo y se ve incapaz de seguir escribiendo. Pero a esta situación se añade la obsesión que tiene por el caso de una mujer francesa acusada de haber matado a sus hijos gemelos, aunque no sabemos a ciencia cierta si esto condiciona lo anterior, hasta qué punto su postparto hubiera sido mejor de no haber leído la noticia del doble infanticidio.

Al comienzo, la escena con un cuervo que entra en el piso que María comparte con su pareja (Oriol Pla), resulta tan inquietante como explicativa del carácter de la protagonista. El filme se instala después en un terreno más propio del ‘thriller’ psicológico, sin practicar este género de forma ortodoxa, con el viaje de María hasta el pueblo de Taüll, donde vive la supuesta asesina. Entre los dos tonos y texturas dramáticas se desarrolla un filme en el que Coll varía bastante de registro respecto a anteriores trabajos sin dejar de lado su gran tema, la escisión familiar o de pareja.