Crítica

'Godzilla': Un trabajo inconstante

Lo mejor, claro, el bichejo mutante, reconvertido aquí en pieza indispensable para el equilibrio de nuestro planeta?

Bryan Cranston protagoniza 'Godzilla'.

Bryan Cranston protagoniza 'Godzilla'.

Paula A. Ruiz / La Cartelera

Volver a rehacer un clásico es siempre un riesgo, y más en manos de un recién llegado. Legendary Pictures y Warner, no obstante, han puesto al cargo de la nueva Godzilla al británico Gareth Edwards, quien saltó a la palestra con Monsters, un filme, precisamente, sobre monstruos de tono íntimo y evocador.

Esta enésima cinta sobre el kaiju de la casa Toho se aleja, sin embargo, de esa atmósfera y busca un lugar intermedio entre el drama de personajes y el subgénero de criaturas y desastres.

Lo cierto es que, pese a su casting, la película flaquea, y mucho: apenas hay entereza, siquiera emoción en los protagonistas. Y es una pena para los admiradores de Bryan Cranston, Juliette Binoche, Ken Watanabe, Sally Hawkins, Aaron Taylor-Johnson o Elizabeth Olsen, entre otros.

Por el contrario, Godzilla resulta entretenida como remedo kaiju del Jurassic Park de Steven Spielberg, en su fascinación por el monstruo y en la obstinación por revivirlo en pantalla gracias a la imagen digital.

En algunos tramos, Edwards consigue escenas y planos inquietantes, aunque su conjunto se revele inconstante. Lo mejor, claro, el bichejo mutante, reconvertido aquí en pieza indispensable para el equilibrio de nuestro planeta.

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