Se deja sentir el control que Jim Rash y Nat Faxon ejercen sobre un guion que es un nuevo eslabón en su cadena de colaboraciones, aunque es cierto que en la dirección, revelando ambos su condición de debutantes, las cosas no van siempre por el mismo camino y se dejan sentir algunas lagunas.

Pero aun así este retrato del proceso de paulatina madurez de un adolescente de 14 años, Duncan, es una muestra válida y sugestiva de un cine norteamericano independiente que se acerca con seriedad y solvencia a unos personajes que conforman un núcleo familiar peculiar y representativo a la vez. Si no han brillado, desde luego, al nivel de su magnífico guion 'Los descendientes', sí han elaborado un trabajo digno y a tener en cuenta que presenta, también, perspectivas de futuro. La historia de Duncan, de su entorno familiar y de ese decisivo verano en el que se define su personalidad tiene elementos para interesar al auditorio y para que el público comunique con los fotogramas.

Es el mejor cometido de un jovencito canadiense Liam James, que sabe aportar a su papel el toque de frustración que requiere, bien respaldado por los más conocidos Steve Carell y Toni Collette. Desde la primera e importante secuencia se sientan las bases de la falta de autoestima de Duncan, que se deja arrastrar por la pésima valoración que de él tiene Trent, el novio de su madre, resignado a la suerte de unas vacaciones que se presentan funestas. Alejado de su padre, al que echa de menos, y ante una madre, Pam, que no es consciente plenamente de la realidad que vive el muchacho, ni siquiera contempla en Steph, la hija de Trent, un mínimo de consuelo. Por fortuna en un panorama tan desolador, dos personas contribuirán a cambiar un cuadro semejante. El más importante, con mucho, es Owen, un tipo abierto y sin prejuicios que trabaja en un parque acuático y que le da lecciones de cómo afrontar la vida y superar los malos momentos.

También, en segundo plano, Susanna, una vecina de su edad con la que sentirá los primeros conatos de amor. Lo interesante de la cinta es que efectúa, asimismo, un diseño solvente de los personajes secundarios, que no son otros que su familia, los vecinos y los amigos ocasionales, permitiendo de este modo que algunas situaciones dramáticas se impregnen del intenso sentido de las mismas, especialmente cuando Duncan descubre que Trent está engañando a su madre o cuando se siente despreciado por Susanna.