´Capitan Phillips´: Un planteamiento inusual

La perfecta interpretación de un Tom Hanks en su mejor línea es uno de los aspectos más destacables de la cinta

Tom Hanks en una escena de la película.

Tom Hanks en una escena de la película.

Antonio Dopazo

Se deja sentir el pulso narrativo del director británico Paul Greeengrass, tanto en su probada experiencia en el thriller, con ejemplos evidentes en dos capítulos de la serie de Bourne, como sobre todo en su rigor casi documental cuando se basa en trágicos hechos reales(caso de Domingo sangriento y United 93).

Fruto de ello es esta vigorosa y realista recreación de un suceso real acaecido en 2009, el secuestro del carguero norteamericano Maersk Alabama por piratas somalíes, que se efectúa desde la óptica de los dos personajes clave, el capitán del barco Phillips y el jefe de los asaltantes, Muse, enriqueciendo notoriamente así la objetividad del suceso y renunciando a la pura apología de las víctimas, como en habitual en el cine en estos casos. A este panel de virtudes hay que añadir la perfecta interpretación de un Tom Hanks en su mejor línea y de unos piratas, empezando por el propio Muse, que desprenden autenticidad y que se expresan en su propio idioma.

Basada en gran parte en el libro El deber de un capitán: piratas somalíes, SEALS de la marina y días peligrosos en el mar escrito por Richard Phillips con la colaboración de Stephan Talty, la cinta arranca con una estructura paralela, siguiendo por un lado a un Phillips que se despide de su esposa antes de embarcar para una nueva misión y, por otro, a Muse y a unos compatriotas sumidos en la miseria pero con armas que son presionados por sus mafiosos líderes para que se hagan con un buen botín. Algo que pasa, por supuesto, por secuestrar otro barco que cometa el error de navegar en solitario por las peligrosas aguas del cuerno de África.

Es un esquema que se mantiene hasta que ambos se encuentran cuando los somalíes abordan el carguero y se hacen con el control del mismo. Desde el momento en que Phillips y Muse empiezan lo que podría ser una negociación la película adquiere su verdadero sentido. Es entonces cuando sale a relucir el verdadero sentido de las imágenes, patente en un capitán que actúa en función de sus intereses y los de la empresa para la que trabaja y en un pirata que representa el último escalón económico de un mundo globalizado.

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