La cineasta francesa Audrey Diwan se convirtió hoy en la sexta mujer en alzarse con el León de Oro de Venecia con "L'Èvenement", una cinta realista y visceral sobre el aborto clandestino en los sesenta que rápidamente logró la unanimidad del jurado y el aplauso del público.

La película es la adaptación de la novela homónima de la escritora francesa Annie Ernaux, que narró el aborto clandestino al que tuvo que someterse en la Francia de 1963 cuando esta práctica no estaba permitida.

"Hice esta película con rabia y con deseo, desde mis tripas, mi corazón y mi cabeza, quería que fuera una experiencia, hacer el viaje en la piel de esta joven mujer, que no la viéramos sino que fuéramos ella", señaló la realizadora al recibir el galardón en el Palacio del Cine del Lido veneciano.

La obra, toda una experiencia realista que sigue el drama de una joven, interpretada por Anamaria Vartolomei, no dejó a nadie indiferente y mucho menos al jurado, que decidió encumbrarla como mejor película de forma "rápida y unánime", señaló en la rueda de prensa final su presidente, el surcoreano Bong Joon-ho, autor de la oscarizada "Parasite" (2019).

Diwan encabeza un palmarés en el que destacaron las mujeres: la española Penélope Cruz como mejor actriz por "Madres paralelas", de Pedro Almodóvar, la neozelandesa Jane Campion como mejor directora por "The power of the dog" y el mejor guion ha sido para "The lost daughter", ópera prima de la estadounidense Maggie Gyllenhall.

De este modo, Diwan se convirtió en la sexta mujer en conquistar el certamen de cine internacional más antiguo del planeta y uno de los más prestigiosos.

La primera fue la alemana Margarethe von Trotta por "Die bleierne Zeit" (1981), seguida por la francesa Agnès Varda con "Sans toit ni loi" (1985), la india Mira Nair con "Monsoon wedding" (2001), la estadounidense Sofia Coppola por "Somewhere" (2010) y su compatriota Chloé Zaho, de orígenes chinos, el año pasado por "Nomadland".

En el esperado palmarés veneciano, el segundo galardón más importante, el León de Plata Gran Premio del Jurado fue para el italiano Paolo Sorrentino por su obra más personal, "È stata la mano di Dio", que dio también el galardón de mejor actor emergente a Filippo Scotti.

La Copa Volpi a la mejor actriz fue para Penélope Cruz y la del mejor actor para el filipino John Arcilla, este último por su papel como periodista justiciero en "On the Job: The missing eight", sobre la represión a la prensa en Filipinas.

El Premio Especial del Jurado se lo llevó "Il Buco", la apuesta más arriesgada, sobre una expedición espeleológica rodada con precisión por el italiano Michelangelo Frammartino. Y el mejor guion fue para "The lost daughter" de Maggie Gyllenhaal, adaptación de la novela "La figlia oscura" de Elena Ferrante.

El León de Plata a la mejor dirección acabó en manos de la neozelandesa Jane Campion por su potente "The power of the dog".

Tras años de predominio, el cine latinoamericano se fue con las manos vacías y ninguna de sus cuatro películas en sección oficial fueron premiadas: "La caja",del venezolano Lorenzo Vigas; "Sundown", del mexicano Michel Franco; "Competencia oficial", de los argentinos Gastón Duprat y Mariano Cohn, y "Spencer" del chileno Pablo Larraín.

La segunda Mostra veneciana en tiempos de pandemia llegó así a su fin, después de diez días de cine en los que logró recuperar al menos parte del brío y del estrellato del pasado, después de la edición del pasado año, ciertamente deslucida por el virus.

Todo a pesar de muchas restricciones y un muro "antifans" que impedía la aglomeración de público en una alfombra roja por la que pasaron desde Ben Affleck en su primera aparición pública con Jennifer López, a Zendaya, Thimothée Chalamet, Jessica Chastain, Oscar Isaac, Antonio Banderas, Kate Hudson o Matt Damon.

Pero al mismo tiempo se puede sacar otra conclusión de Venecia, y es que se alza como el certamen del gigante Netflix, en contraste con su más directo competidor, Cannes, que no admite películas de plataformas porque no cumplen con la legislación gala en materia de de exhibición en salas.

Las últimas obras de Sorrentino, Campion y Gyllenhall podrán de hecho verse próximamente desde casa.