La actriz coruñesa Bárbara Grandío ha estrenado en Amazon Prime la película 'Historias lamentables', del director Javier Fesser. Un estreno que llega ocho meses tarde, pues tuvo que ser aplazado por la pandemia in extremis, y en el que pone rostro a una de las cuatro historias tragicómicas de enredo que integran la cinta. Paralelamente da vida a Sonia en 'La que se avecina', un personaje que nació episódico pero que llega para quedarse.

Debe estar un poco cansada de responder las mismas preguntas meses después. ¿Somos distintos a quienes éramos en marzo?

En realidad, es muy divertido hacer esta promo porque ya la he hecho y la estoy volviendo a hacer. Ayer lo estaba pensando y no me acordaba de las cosas. Es como que han pasado mil cosas.

El coronavirus obligó a aplazar sus proyectos. ¿Cómo ha vivido estos meses de incertidumbre en una profesión, ya de por sí, inestable?

Siempre es inestable, no es una cosa nueva, pero sí que es cierto que antes cuando te llegaba algo pensabas, bueno, tengo esto cerrado. Ahora llegan las cosas y se aplazan, se caen, ya no es inestabilidad de cuándo te van o no a llamar, sino de si esas cosas van a salir. Es igualmente complicado, pero de diferente forma. Reinventándonos mucho.

¿En qué sentido se han reinventado?

Yo hacía narraciones para series, películas o teatro, y me he montado un estudio en casa y lo hago desde allí.

Es buen momento para el audiovisual, a pesar de todo. La gente está en sus casas viendo películas y series.

Sí, ahí sí. Influye a la hora de rodar, el no saber si van a cambiar alguna medida o hay alguna restricción que no permite rodar en ciertos sitios. Con producciones fuera de España, hay países que su parte no la pueden hacer. Es un buen momento porque se consume muchísimo, se está produciendo mucho.

Historias lamentables se estrena, dentro de nada, en Amazon Prime. También ha trabajado para HBO. ¿Es esta la nueva televisión?

Puede ser. Tenemos un catálogo más amplio que en la tele convencional y puedes elegir el momento, no tienes que esperar. Supongo que nos encaminamos hacia ahí. Para estrenos es una buena idea estrenar en plataformas, aunque se pierda, en cierto modo, la magia del cine. Es cierto que es la manera de entrar en las casas. Aunque nos cansamos de decir que el cine y el teatro es seguro, si reducen aforos de esa manera, es imposible recaudar. Aquí estás en 200 países de golpe.

¿Siente la presión, al grabar, de un público tan amplificado?

No, porque la peli era para cine. Se iba a estrenar en abril en el cine, lo cambiaron a diciembre, y ahora se ha decidido esto. Cuando grabas no lo piensas, te concentras en el trabajo que estás haciendo.

Historias lamentables son relatos incómodos. ¿Estamos en buen momento para hablar de tragedias?

Yo creo que es un gran año para esta película. La gente la va a ver y se va a identificar mucho, va a decir que hemos estado ahí en algún momento. Se estira la situación de forma surrealista, pero este año hemos visto que la realidad siempre supera a la ficción.

La impresión es que nada tiene sentido desde marzo. ¿Historias lamentables nos recuerda que en algún momento los problemas eran otros?

Sí, de hecho me pasa que veo una película y me sorprende que no lleven mascarilla. Pero luego estás en tu casa, miras por la ventana, ves a todo el mundo con mascarilla y te preguntas, ¿qué película es esta? Yo creo que aceptamos todo de otra manera, estamos más abiertos a que cada día es un mundo. Cierras las cosas con esa sensación de a ver qué pasa. Hay cosas que se vienen retrasando meses.

Sin spoilers. ¿Qué caracteriza a su personaje?

Es muy complicado hacerlo sin spoilers, porque son cuatro historias sin prólogo. La mía es una chica normal, de su barrio, con su familia, que trabaja en la empresa familiar. Defender a su madre y a su hermano es muy importante para ella, y al final se ve envuelta en un jaleo y es interesante ver cómo salen. Habla mucho de reinventarse y de buscar trabajos alternativos, que de primeras puedes pensar, ¿qué es esto?, pero que no es tan raro en el 2020.

Estrenó esta semana la nueva temporada de La que se avecina. Su personaje, Sonia, empezó siendo episódico y se ha quedado. ¿Qué se puede esperar de Sonia?

Está en Amazon, pero se estrenó en abierto. Yo soy la jefa de estudios de los chavales de la serie, antes siempre eran dramas en el colegio, con los niños. Ahora le dan un poco más de coba, y son unas tramas muy interesantes con el personaje de Carlos Areces (Agustín) y Pablo Chiapella (Amador), y tenemos unas tramas muy divertidas entre los tres, hay líos amorosos... Se da un paso más, que es muy interesante para mí como actriz y para Sonia también, porque la vamos a ver fuera del colegio, en su casa, en pijama, eso es lo más llamativo.

¿Da miedo incorporarse nueva a una serie tan mediática como La que se avecina, que no deja de aumentar en temporadas? ¿Cuál es el secreto de ese fenómeno?

Es algo que yo no pienso. Al final, como es algo que funciona, los años dan igual. Es flipante llevar 12 temporadas, pero no es algo que piense. Estoy muy agradecida por poder evolucionar con el personaje, no me da miedo. Es una serie que tienes la tranquilidad de decir; "tampoco tengo yo el peso de ser la prota". El peso lo llevan otros y funciona. Piensas, "estoy haciendo comedia con la gente que mejor hace comedia de este país". No sé qué pasará hoy, pero es una locura. Habiendo tantas plataformas, que la gente siga consumiendo tele en abierto y lo siga reclamando. Estoy viendo estos días que la gente está deseando verla. Creo que es la serie más vista en canales como factoría de ficción. Todos necesitamos un momento de evasión y de reírse sin más. Cada uno se identifica con un personaje, te apetece desconectar de una forma fácil.

En redes sociales, la serie no puede tener más tirón.

En redes ha sido una locura. A mí me seguía mi madre y nadie más, ahora, tras tres temporadas, madre mía. Hay gente joven que quiere saber quiénes somos, qué hace Sonia en su vida.