"Si no es también sexual, una revolución no es completa"
El director tunecino Abdellatif Kechiche llega a los cines con ´La vida de Adele´, la película ganadora de la Palma de Oro en Cannes
La Cartelera
Llega a los cines la película ganadora de la Palma de Oro y el premio Fipresci en la 66 edición del Festival de Cannes. La vida de Adèle, firmada por Abdellatif Kechiche, es, más allá de que plantee una relación lésbica, una profunda historia de amor adolescente. La cinta se basa en la novela gráfica ´El azul es un color cálido´, de Julie Maroh.
¿Por qué decidió adaptarla novela gráfica de Julie Maroh Le bleu est une couleur chaude (El azul es un color cálido)?
La película es una adaptación muy libre de la novela gráfica. Fue la combinación de la lectura de la novela gráfica y el proyecto de una película que he tenido en mente des- de hace mucho tiempo, lo que terminó desencadenando mi deseo de hacer Adele: Capítulos 1 y 2 [subtítulo del filme]. Desde que dirigí La escurridiza o Cómo esquivar el amor , he ido desarrollando un proyecto para un guion sobre la carrera de una profesora francesa cuya pasión es el teatro. Estaba muy interesado en hablar de un personaje femenino que amara su profesión y que transmitiera su entusiasmo. Al mismo tiempo, la profesora tenía que asumir las consecuencias de su trabajo en su vida privada: sus amores, las rupturas y el dolor. Conocí a muchos maestros, hombres y mujeres, mientras rodaba mi película La escurridiza, o cómo esquivar el amor. Me conmovió la manera en que vivían su vocación. Eran verdaderos artistas, apasiona- dos de la lectura, la pintura, la escritura... Todos nosotros recordamos a ese profesor entusiasta que durante nuestra vida escolar nos llevó a ver una determinada película o nos animó a leer ese libro, y que, tal vez, de esa manera puso las semillas de una vocación en nos- otros. Pero al final mi guión no llegó a buen término. Así que cuando me encontré con la novela gráfica de Julie Maroh, que es la historia del amor absoluto entre dos mujeres y, al mismo tiempo, de una mujer joven y su carrera por convertirse en profesora, vi que podía ligar esos dos proyectos.
La vocación es un gran tema para los dos personajes principales de la película: la pintura para una de ellas y la enseñanza para otra.
Me parece que este concepto de la vocación es muy legítimo y honorable, y más cuando no buscan el reconocimiento por parte de los demás. Admiro a esos profesores que están profundamente comprometidos con el progreso de sus estudiantes. Se convierte en parte de sus vidas y eso les satisface.
Su película es ante todo una historia de amor entre dos mujeres.
Contar una historia de amor entre dos mujeres significa trabajar con dos actrices al máximo. Este tipo de trabajo me encanta y se está convirtiendo en algo cada vez más importante y necesario dentro de mi carrera. Me pregunto qué es lo que tenía de inspirador esta historia en la novela gráfica, cuál fue la chispa: ¿Las ilustraciones que muestran cuerpos desnudos? Es posible. No estoy del todo seguro de las motivaciones específicas.
¿Cómo eligió a las dos actrices principales, Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos?
Primero conocí a Léa Seydoux para el papel de Emma. Ella comparte con su personaje la belleza, la voz, la inteligencia y la libertad. Pero lo que fue decisivo para considerarla para el papel cuando la conocí, fue su capacidad para involucrarse con la sociedad: está muy en sintonía con el mundo que la rodea, tiene un compromiso real con el mundo, muy similar al mío. También me pareció que había algo que podría ser descrito como una esencia muy árabe en Léa, una especie de alma árabe. Más tarde me contó que tenía dos hermanastros árabes. Tiene una manera de vivir la vida siendo muy consciente de lo que pasa a su alrededor, y es también una manera de aceptar las vicisitudes de la vida. Tiene algo que ver con el nomadismo y la melancolía, lo que llamamos mektoub. Lea es una mezcla de todo esto en sí misma y en su manera de ver el mundo.
Organizamos un gran casting y elegí a Adèle en el mismo momento en que la vi. Me la llevé a comer a un asador, pidió una tarta de limón y, cuando vi su forma de comer, pensé: «¡Es ella!». Lo supe al ver su manera de mover la boca, al ver cómo masticaba... Su boca es un elemento muy importante en esta película; de hecho, las bocas de ambos personajes fueron decisivas a la hora de optar por ellas, y por razones muy humanas. Provocan todo tipo de sentimientos y sensaciones. Algo de su rostro que nos hace estremecer: una nariz, una boca..., y para mí esto es el principio de la chispa de la que hablábamos...
¿Por qué decidió cambiar el nombre de Clementine de la novela por el de Adèle?
Clementine se convirtió en Adèle porque quería mantener el nombre real de mi actriz. Yo creo que esto incluso la ayudó a fusionarse con su personaje, y yo con ella. Es también una cuestión de sonido: Adèle, Emma, Léa. Para mí son todos nombres etéreos, con magia y luz. Y luego está el hecho de que Adèle significa ´justicia´ en árabe, cosa que me gustó mucho.
La justicia social es un concepto importante en lo que respecta a todas sus películas. ¿En este caso se expresa a través de la representación de las diferentes clases a las que pertenecen las dos protagonistas?
Es, de hecho, uno de los temas recurrentes en mis películas, casi una obsesión para mí. ¿Dónde está la diferencia social? Quizá sea una provocación hacia la clase a la que creo que pertenezco y a la que Adele también pertenece, la clase obrera. Emma pertenece a una elite intelectual y artística. Mis dos heroínas están limitadas por su clase social. Las dificultades que tienen con su relación, que las lleva a la ruptura, y en definitiva es de lo que trata la película, tiene su origen en su diferencia social, ya que a su vez genera una diferencia en las aspiraciones personales de cada una de ellas. No es tanto por su homosexualidad, que sería más o menos tolerada y entendida por el mundo que las rodea.
¿Por qué eligió tratar la homosexualidad como un amor como cualquier otro?
No tenía nada militante que decir en cuanto a la homosexualidad. No he intentado explicarla, y en ningún momento durante el proceso de elaboración de la película me dije a mí mismo: «Sí, pero se trata de dos mujeres...». Sentía que se trataba más de una historia sobre una pareja. No veía por qué tenía que hablar en concreto sobre la homosexualidad, sobre todo, cuando la mejor forma de hacerlo (en el caso de tener que crear un discurso sobre el tema) hubiera sido rodarla como cualquier otra historia de amor, con toda la belleza que esto implica.
Pero también puede tener un impacto poderoso y muy positivo, al ser usted un ciudadano francés de origen árabe, el haber elegido dirigir una historia como ésta.
Una vez la película estaba terminada, pensé: «Esto va a ser positivo y va a hacer bien a la juventud tunecina». Una revolución no está completa a menos que también sea una revolución sexual.
Las escenas de sexo son esenciales para explicar el poderoso amor entre sus dos heroínas. ¿Cómo las rodó?
Lo que intentaba hacer cuando estábamos rodando las escenas, fue filmar todo lo que encontraba hermoso. Así que rodamos las escenas de sexo como si fueran pinturas y esculturas. Estuvimos mucho tiempo iluminándolas para asegurarnos de que aparecerían preciosas, y luego, la coreografía innata de los cuerpos amantes se encargó del resto de una forma muy natural. Tenían que ser hermosas a la vez que mantener la dimensión sexual. Probamos varias cosas, trabajamos muy duro, hablamos mucho, pero al final el debate no nos llevaba a ningún sitio. Al final, lo que digas no importa mucho porque es algo teórico e intelectual, y lo real y lo práctico es mucho más intuitivo. El tema de la soledad amorosa sigue al tema del amor. El terminar una relación, el vacío que puedes llegar a sentir, la soledad que experimentas cuando no continúas siendo y sintiéndote amado, lo desconsolado que te sientes..., todo el mundo ha conocido esta sensación. Todo el mundo lo siente y nadie puede explicar el dolor que puede llegar a originar una ruptura, pero lo que me interesa es que, a pesar del dolor, la vida continúa y tenemos que conseguir seguir adelante. Por eso para mí Adèle es una heroína: lo asume y continúa cumpliendo aquello para lo que estaba destinada.
La soledad que provoca la angustia puede llevar a la valentía, un tema que también parece que le interesa en esta película.
Admiro mucho el personaje de Adèle: una mujer libre, valiente, fiel y fuerte. Está devastada por su dolor, pero no permite que los demás lo perciban ni una sola vez en su trabajo como profesora, le hace frente. Cada vez que veo a alguien con ese tipo de valor, me preocupo. Personalmente, no me siento valiente, pero me aferro a la idea. A menudo lo veo en mujeres jóvenes, esa fuerza, esa autoafirmación. Me recordó (sin pretender compararme con él de ninguna manera) a Marivaux, y en concreto a La vie de Marianne, con su heroína huérfana tan decidida y llena de valor ante las adversidades. Hay un parentesco con la forma en que vi a Adele.
¿Qué le ha aportado la película?
No me ha dado ninguna respuesta. Por el contrario, ha hecho que se multipliquen mis preguntas e incertidumbres sobre el principio femenino (el principio de la vida, de la esperanza, del misterio...). Tengo la sensación de que tal vez algún día voy a encontrar una respuesta.
¿Es esa la razón del subtítulo, Capítulos 1 y 2?
Es así porque todavía no conozco los otros capítulos. Realmente, me gustaría que Adele me contara qué sucede después.
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