Rainbreakers

Rock y Soul británico cuidadosamente elaborados que mira hacia adelante y hacia atrás, y hacia adentro y hacia afuera. Música que atribuye inteligencia a sus oyentes y no es tímida en arriesga su alma.

Hay una refrescante simplicidad y honestidad en el enfoque del cuarteto hacia su música, que vierte los mejores elementos de rock, blues y pop en canciones sobre la experiencia humana real y realista. Las cosas reales por las que todos pasamos, llenas de preguntas, debilidades, dudas, determinación, luz y sombra.

«Caímos en la escena del blues-rock, pero no somos completamente una banda de blues y no somos completamente una banda de rock, hay muchas capas», dice el frontman Ben Edwards con cierta subestimación, a quien se une a la formación su hermano menor Sam a la batería, Charlie Richards a la guitarra y Ash Milburn al bajo.

Los cuatro piezas, basados en las tierras medias inglesas, han estado involucrando consistentemente cerebros y oídos durante una emergencia constante en los últimos años. En el proceso, los Rainbreakers han construido una audiencia que cuelga de cada una de sus canciones, en lugares venerados como el 100 Club y la Frontera y en todo el Reino Unido y Europa.

Han compartido escenarios con notables como el Movimiento de la Templanza, Samantha Fish y Devon Allman, y nadie quiere perderse su próximo número. Su presencia escénica y su resistencia innata a las restricciones de género siempre mantienen al público con ganas de más.

En el registro, la banda surgió en 2015 con el EP Blood Not Brass, aclamado con razón por la energía frenética que fue, al reflexionar, solo una parte de su atractivo. El segundo EP de 2017 Rise Up insinuó la mayor profundidad que se confirmó en el álbum debut de Rainbreakers un año después, Face To Face.

Ahora que todo se traduce en otra oferta, coproducida por la banda con Tom Gittins de Monochrome Productions, en la que los Rainbreakers han encontrado su voz como nunca antes.