Francia juzga a seis adolescentes por asesinar al profesor Samuel Paty

El docente fue decapitado por un joven yihadista de origen checheno | La única chica juzgada originó la campaña de calumnias contra el docente

Manifestación en homenaje a Samuel Patyse en la plaza de
la República de París, en octubre de 2020 .   | // REUTERS

Manifestación en homenaje a Samuel Patyse en la plaza de la República de París, en octubre de 2020 . | // REUTERS / E.B.

E.B.

Ayer empezó en el Tribunal de París el juicio a seis adolescentes –todos ellos menores de edad en el momento de los hechos– en relación con la decapitación de Samuel Paty, que tuvo lugar el 16 de octubre de 2020 en Conflans-Sainte-Honorine, en el noroeste de la región parisina. Un total de 14 personas están imputadas por la muerte de Paty, cometida por un joven yihadista checheno al que la policía abatió esa misma fatídica tarde. Los ocho adultos se sentarán en el banquillo de los acusados a finales de 2024 en el principal proceso judicial. Ahora empieza el juicio de los seis adolescentes (cinco chicos y una chica). Todos ellos estudiaban en el centro del profesor. No están investigados por delitos de carácter terrorista, sino comunes.

“El rol de los menores fue esencial en el engranaje que llevó hasta el asesinato”, dijo la abogada Virginie Le Roy, representante legal de los padres y una hermana del docente. Como tenían entre 13 y 15 años en el momento de los hechos, las audiencias se celebran en una corte específica para menores a puerta cerrada. Podrían condenarlos a una pena máxima de dos años y medio de cárcel. Los mayores de 13 años pueden ir a la prisión en Francia si han cometido delitos graves. El origen del atentado: la mentira de una alumna. La única chica juzgada originó con una mentira la campaña de calumnias contra el docente que precedió su brutal asesinato. El 7 de octubre de 2020, ella debía asistir a la clase sobre la libertad de expresión en que Paty mostró las caricaturas de Mahoma de la revista Charlie Hebdo. Pero ella se saltó esa clase por un capricho personal y la expulsaron dos días por un motivo ajeno a ese curso. Para justificar su expulsión, les dijo a sus padres que la habían sancionado porque su profesor había pedido a los alumnos de confesión musulmana que levantaran la mano y salieran de la clase mientras enseñaba las caricatura, y ella había protestado por ello. Lo que era completamente falso.

Acoso en las redes

A partir de esa mentira –en realidad, Paty solo propuso a los alumnos musulmanes que no miraran la pizarra electrónica si consideraban que podían ofenderles las caricaturas–, el padre de ella y el militante islamista Abdelhakim Sefrioui iniciaron en las redes una campaña contra el profesor. Sus mensajes llegaron hasta Abdoullakh Anzorov, de 18 años y que vivía desde que era un niño en Francia donde sus padres obtuvieron el asilo. Ese joven radicalizado en el fundamentalismo islamista no conocía al profesor Paty y tampoco tenía ningún vínculo con el instituto. Cuando un amigo lo dejó enfrente del instituto, Anzorov pidió a algunos alumnos del centro si le podían indicar cómo era el profesor Paty y dónde se encontraba. Les dijo que quería grabarlo “pidiendo perdón por la caricatura del profeta”. Uno de ellos aceptó a cambio de 300 euros y embarcó en esa idea estúpida a otros cuatro compañeros. Ahora los juzgan por ello.

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