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El pan negro de la memoria, a escena

La viguesa Susana Villaverde gana el Certamen de Microteatro de la Diputación con una pieza en la que rescata la revuelta de mujeres de O Saviñao de 1946, en plena posguerra

Susana Villaverde García. José Lores

Una revuelta de mujeres, una historia familiar, la resistencia antifranquista y el hambre durante la dictadura son los principales ingredientes con los que Susana Villaverde García (Vigo, 2002) cocina “Espigas negras”, la pieza ganadora del Certamen de Microteatro de la Memoria convocado por la Diputación de Pontevedra en colaboración con la Escuela Superior de Arte Dramático de Galicia (ESADG), cuyo premio recogerá hoy esta joven viguesa afincada en Redondela. El jurado destacó esta obra entre la veintena de trabajos presentados al concurso “por la calidad de la documentación utilizada, por la originalidad de destacar los trazos emocionales en el teatro documental y por la recuperación de la memoria histórica”.

“La memoria histórica me interesa porque me interesan la historia de este país y la historia de las mujeres de este país”, manifiesta la joven, estudiante de tercer curso de Dirección y Dramaturgia de la ESADG.

Susana explica que se trata de una pieza de carácter fragmentario, una especie de “collage” en el que se intercalan fragmentos líricos, documentales y monólogos de los dos personajes: la nieta, que recuerda la historia de su abuela, y ésta, cuya historia se desarrolla en 1946, año en que tiene lugar la trama.

Su madre, Julia, sembró la semilla que terminó germinando en “Espigas negras” cuando le contó la historia de su bisabuela, que, en los primeros años de la posguerra, cuando el hambre se cebaba con una población empobrecida por la contienda, burlaba el sistema de racionamiento impuesto por el franquismo cociendo pan de forma clandestina por la noche en la panadería de la familia, en Prado, cerca de Lalín. Después, su abuela recorrería los caminos con el burro cargado con ese pan cocido al abrigo de la noche.

“Si eran descubiertas por la Guardia Civil, para evitar ser denunciadas a las autoridades, como ellos también pasaban hambre, les daban parte de ese pan”, comenta.

"A las historias protagonizadas por mujeres no se les da la importancia que tienen"

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Esta historia despertó su curiosidad por los primeros años de la dictadura: por el racionamiento, la escasez de pan, el pan negro, el estraperlo y los maquis, lo que le condujo hasta el estudio “Una revuelta del hambre en la Galicia del primer franquismo: O Saviñao” de María Jesus Souto Blanco, publicado en la revista de historia contemporánea “Pasado y memoria”, que rescata el motín de subsistencia protagonizado por las mujeres de esta localidad de la Ribeira Sacra lucense en la primavera de 1946, un año de escasez y pésimas cosechas, para prohibir que las autoridades se llevasen el centeno cultivado en esas tierras y que necesitaban para comer y dar de comer a sus familias. Las convocantes consiguieron congregar a casi medio centenar de mujeres de toda la comarca delante del ayuntamiento para garantizar el grano a sus familias, mientras los hombres observaban.

“Decidí conectar este hecho histórico con la historia de mi familia, porque, aunque no se desarrolla en la misma zona sí transcurre en la misma época, y también con la de figura del último maqui gallego, el Piloto, porque también es de O Saviñao, como símbolo de la resistencia antifranquista”, explica.

"Me impactó la capacidad de organización y la valentía con las que las mujeres de Saviñao defendieron lo suyo"

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La estudiante de la ESADG reconoce que le sorprendió la capacidad de organización de estas mujeres y la valentía que demostraron al defender el pan de sus familias frente a un régimen fascista. “Me pareció impactante que las mujeres de toda la zona de O Saviñao se organizaran para tomar la plaza del pueblo durante varios días e impedir que el camión saliera con el grano. Durmieron allí e incluso hicieron guardias, hasta que, finalmente, fueron desalojadas por la Guardia Civil”, relata.

Por otra parte, entiende que es importante que se den a conocer lo que el papel de las mujeres en la historia. “Me pareció interesante explorar este hecho histórico porque creo que a las historias protagonizadas por mujeres no se les da ni la visibilidad ni la importancia que tienen”, sostiene.

Por ello, esta obra es también un homenaje no solo a sus antepasadas, sino a todas las mujeres cuyas historias han sido silenciadas.

Esta es la primera vez que Susana se presenta a este certamen. En su currículo se incluye la dirección de varios proyectos e instalaciones artísticas, tres obras, su ayuda en la dirección de “Olivas negras” y en el proyecto sin ánimo de lucro “Pon o teu propio título” en colaboración con la ESADG, la asociación Xaruma y el ciclo APSD del IES Chapela, entre otros trabajos. Escribe también poesía.

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