“As bestas” y “Pacifiction” estuvieron en el pasado festival de Cannes, la primera en una sección paralela y la segunda en oficial a concurso, algo insólito para el cine español en las últimas décadas más allá de las presencias recurrentes de Pedro Almodóvar en el certamen de la Riviera. El filme de Rodrigo Saragoyen arrasó en los últimos Goya: mejor película, director, guion, actores… Una larga lista que refrendaba a “As bestas” como la película española del año, con buenas críticas y mejor taquilla. El filme de Albert Serra, ya es sabido, no tuvo ni una sola nominación en los Goya. Por el contrario, competía el pasado viernes en nueve categorías en los premios César. Ambas películas son coproducciones con Francia, de modo que su presencia en los galardones del cine galo, además de haber sido presentadas por todo lo alto en Cannes, aseguraban su competitividad en el país vecino.
Y no les fue nada mal. “As bestas” ganó el César a la mejor película internacional desbancando a la gran favorita, “El triángulo de la tristeza”, precisamente la Palma de Oro en ese festival de Cannes que vislumbró las enormes posibilidades de las dos películas españolas. “Pacifiction” no logró el premio al mejor filme ni director, pero los César a su fotografía, excelente, obra de Artur Tort, y a su actor principal, Benoît Magimel, refrendan la buena marcha del extraordinario filme de Serra, un rara avis para los académicos españoles que gusta, y mucho, en el país que alumbró el cine con los Lumière y parió después a Renoir, Tati, Melville, Truffaut, Godard, Rohmer y Assayas. Algo entenderán allí, sin duda.
La proyección internacional del cine español del 2022 ha sido lo nunca visto.