¿Quién o quiénes hicieron desaparecer a Emanuela? En la calurosa tarde del 22 de junio de 1983, una ciudadana del Estado del Vaticano desapareció camino a una clase de música. Tiene 15 años, se llama Emanuela Orlandi y es hija de Ercole Orlandi, enviado de la prefectura de la Casa Pontificia y ciudadano del Estado de la Ciudad del Vaticano. Arrancan las pesquisas. El propio Vaticano, los servicios secretos de diversos países europeos, la mafia e incluso un hombre que ha intentado matar a Juan Pablo II acaban siendo investigados. No hay conclusión alguna. El caso se cerró en 2016. No se sabe nada de la joven. Solo que 39 años después, la pregunta sigue sin tener respuesta y la familia de Orlandi continúa buscando a la chica.

Esta es la sinopsis de Vatican girl, producción dirigida por el australiano Mark Lewis, basada en una historia real y ahora distribuida en más de 150 países. Una nueva docuserie de cuatro episodios de Netflix que está arrasando dentro y fuera de Italia, y que vuelve a poner de actualidad uno de los cold cases más oscuros de la historia vaticana. Ello gracias a sus ingredientes, pero también gracias a una potente producción italoestadounidense que, desde la vigilia del estreno hace dos semanas, ha empapelado las principales ciudades italianas con los viejos anuncios de la desaparición de la joven.

“Es una historia que podría haber escrito Dan Brown. Comienza con una pequeña historia local de una niña que desaparece en una calurosa tarde de verano en el centro de Roma, y luego la historia se convierte en una que involucra a la KGB y la política de la Guerra Fría”, explica su director. “Descubrimos facciones que trabajan dentro del Vaticano para impulsar políticas particulares y restaurar el catolicismo en el Bloque del Este. Luego está la mafia y el inframundo romano de la historia. Es como un thriller político que me atrajo” añade. Pero no es concluyente. “La forma en que lo veo es que tenemos una mesa y, a lo largo de los años, hemos estado colocando grandes piezas de un rompecabezas en esa mesa. Lento pero seguro, ese rompecabezas se está completando. Pero aún faltan algunas piezas clave del rompecabezas. Espero que, por el bien de la familia, se encuentren esas últimas piezas”, añade Lewis.

Sospecha de agresión sexual

Al periodista de investigación Emiliano Fittipaldi, entrevistado durante la docuserie, no le sorprende para nada el éxito de Vatican girl. “Que el Vaticano sigue desde los años 80 sin responder a preguntas sobre este caso, que se trate de una joven mujer y ciudadana vaticana, y también que la desaparición ocurriese en un momento de gran convulsión política en Italia y cuando diversos escándalos financieros sacudían la Santa Sede seguramente explican por qué 40 años después la opinión pública sigue obsesionada con este caso”, asegura.

Fittipaldi, que hace algunos años descubrió documentos que indican que la joven aún podría estar viva y que la Santa Sede estaría implicada en el caso, considera que uno de los principales méritos de Lewis ha sido desentrañar las numerosas pistas falsas alrededor de esta historia y poner énfasis en una teoría que podría explicar las razones detrás la desaparición de Emanuela: que la joven fue agredida sexualmente por una persona muy cercana al hoy difunto papa Juan Pablo II. Una hipótesis que, hace algunos años, también fue en parte sugerida por el fallecido exorcista italiano Gabriele Amorth.

Esta vez, la posible reconstrucción se basa en el testimonio de una mujer, amiga de infancia de Emanuela y cuya identidad no se ha revelado, que asegura que, días antes de su desaparición, la joven le contó que había sido víctima de un episodio de abuso. Este secreto habría sido luego usado por la Banda della Magliana, una organización criminal entonces activa en Roma, para organizar el secuestro de Emanuela y extorsionar al Vaticano, según también ha dicho al diario británico The Telegraph Andrea Purgatori, un periodista que siguió el caso desde el inicio. “¿De qué sirve todo esto?”, se ha preguntado, por el contrario, el diario Il Manifesto, al subrayar que las pistas aportadas no son para nada concluyentes.

“El problema es que faltan elementos. Emanuela sigue desaparecida y estos nuevos testimonios pueden suponer un daño de imagen enorme para la Iglesia, pues estamos hablando de Juan Pablo II, un Papa que ha sido declarado santo, lo que explicaría también las reticencias que mantiene el Vaticano”, razona Fittipaldi antes de añadir que también es pesimista con respecto a la posibilidad de que se conozca algún día toda la verdad sobre este caso. “Aun así, la esperanza es que Vatican Girl lleve a encontrar nuevas pruebas”, añade el investigador, quien revela además que, gracias al gran ruido originado por la serie, ya ha encontrado nuevas pistas inéditas sobre las que está trabajando en estos días.

Interrogante turco

Mehmet Alí Agca, el activista turco condenado por el atentado contra Juan Pablo II en 1981 y que llegó a afirmar que la joven había sido secuestrada para forzar su liberación –pista que nunca llegó a ser probada, como muchas cosas que ha dicho en estos años–, también ha querido dar su opinión sobre la serie. Según la actual versión de Agca, la reconstrucción de los sucesos hecha por Lewis es una “campaña sistemática” de calumnias contra la Iglesia católica y la desaparición de Emanuela está vinculada al tercer secreto de Fátima (el que se referiría al fin apocalíptico de la humanidad). Así lo afirma en una nota enviada la semana pasada a la prensa italiana.

No es la primera vez que Agca, cuyas declaraciones suelen darse cuando aparecen noticias de interés mediático relacionadas con el Vaticano, usa este rocambolesco argumento que también ha dado para explicar lo que habría detrás del atentado contra Juan Pablo II. Aun así, Pietro Orlandi, hermano de Emanuela y muy involucrado en su búsqueda, le ha instado a proporcionar cualquier nueva prueba si la tiene. Mientras tanto el Vaticano, como ya ha hecho desde el inicio, sigue sin pronunciar palabra.