Después de la crónica espectacular del despertar de la adolescencia en “Las niñas” (Biznaga de oro en Málaga al mejor largometraje y cuatro premios Goya), su directora Pilar Romero sigue profundizando en el universo femenino. Con nuevo filme, “La Maternal”, alrededor de jóvenes casi niñas que se convierten en madres. Ese abandono abrupto de la adolescencia, la violencia de género detrás de muchas de sus historias y las ansias de vivir son los ejes de la nueva película que mañana llega a los cines.

–¿Cómo lleva los días previos a la llegada a salas?

–Todo tiene su parte positiva y negativa. Ahora, la negativa son los nervios e incertidumbre respecto a la taquilla porque está siendo un año complicadísimo. Hemos hecho una película para vibrar con ella en salas pero viendo las cifras que hay últimamente da vértigo.

–¿Qué le hizo ir detrás de la historia de “La maternal”?

–Cuando estábamos empezando a editar “Las niñas” quedé un día con la productora de la película y me contó que había hablado con una amiga suya que es trabajadora social. Esta le habló de la existencia de un centro en Barcelona para madres adolescentes. Me interesó mucho pero quería investigarlo. A raíz de contactar con uno de los dos centros que existen en la Ciudad Condal conocí a Carol, la educadora allí y en la película. Ella me presentó a bastantes chicas, ya mayores de edad, que habían sido madres en la adolescencia y que habían pasado por el centro. Iba quedando con ellas de manera individual y el guion nació de ahí.

–Supongo que sería difícil abordar el tema porque las historias que se presentan son complicadas.

–Era muy delicado. Era consciente de que si me acercaba a esta historia tenía que hacerlo desde un lugar muy honesto, con completa servidumbre a las historias que había conocido, pero también era consciente de lo necesario que era hablar del tema. No se habla sobre él y las historias que cuentan de abusos, malos tratos es importante que se verbalicen para evitar que sigan repitiéndose. No es el objetivo exclusivo de la película pero ojalá (la gente entienda) forme parte de ella. También quiero decir que en el largometraje hemos buscado la luz que está en cómo son ellas, en sus ganas de vivir.

–Leí que la protagonista, Carla Quílez, Concha de Plata por este papel en San Sebastián, fue descubierta por el equipo de casting en Instagram. ¿Cómo fue la elección del resto del elenco?

–Carla Quílez y Claudia Dalmau –esta es su compañera de habitación– vinieron por un casting. Para las dos ha sido su primera vez como actrices. El resto de integrantes de este grupo de “La Maternal” son algunas de las chicas con las que contacté en el proceso de documentación. Yo les propuse presentarse al casting. Han hecho un trabajo increíble porque no se interpretan a ellas mismas. Se han metido en el personaje, han repetido tomas...

–¿Qué sensación te han transmitido tras ver el filme?

–Hicimos un pase con ellas y con la educadora antes de dar la película por cerrada. Quería que lo que se retrata ahí se sintiese que era verdad. Reímos y lloramos mucho.

–Por parte de las administraciones, ¿se ha dejado de lado la información y formación de las niñas para estar en pareja, protegerse de embarazos no buscados y de la violencia de género?

–Yo puntualizaría: educar a las chicas y a los chicos. Para mí, cuando hablé con ellas, lo que más dolor y rabia me producía no era el hecho de adolescentes embarazadas sino que se enteraran cuando estaban de cinco o seis meses. Ahí se ven abocadas a una maternidad obligatoria, ahí está el drama de la película. Yo creo que es necesaria una educación sexual obligatoria que no se limite a métodos anticonceptivos sino que abarque la educación emocional, la responsabilidad afectiva para que la gente joven no viva situaciones tan duras como las de la película.

–También hace reflexionar sobre la maternidad y las dificultades de cualquier madre en el primer tiempo con su bebé.

–Fíjate, yo personalmente creo que la película va del conflicto de ser adolescente y obligarte a ser madre. La maternidad es un momento para entregarte a tu bebé y la adolescencia es el momento de lo contrario, uno necesita saber quién es. Intento que en el corazón de las escenas esté este conflicto. No es que ella sea mala madre o no o se le haga difícil, sino que es una adolescente casi niña obligada a hacer algo que por edad no le toca.

–¿Debe tener el cine una función social?

–El cine no tiene por que tener función social ni ser didáctico. No creo que “La Maternal” lo sea tampoco. Me gustan las películas que llegan a través de la emoción y provocar una reflexión o debate. Me gusta el cine que remueve por dentro. Igual soy muy idealista pero quiero pensar que las películas pueden cambiar la sociedad en la que vivimos.