Aviso a navegantes: Sidonie busca restaurante o tapería con buen pulpo para darse el banquete en Vigo. No es broma. Si los queréis ayudar, abren sus redes sociales para que les enviéis un privado con vuestras recomendaciones. No es cosa superflua: de ese paladar dependerá buena parte del concierto que mañana darán en los Vibra Mahou, a partir de las 22.00 horas en el Mar de Vigo donde confían en ponernos a bailar. Hablamos –de hecho, lo interrumpimos mientras juega con las notas para el próximo disco– con Marc Ros para hablar de la vida, arte y música.

–Llegáis a Vigo con los aforos al 90% en los conciertos; es como si se empezara a diluir la pesadilla. Pero ¿cómo lo veis vosotros?

–Entre los conciertos y actuaciones, llevamos unos 100. Nuestro roadmanager dice que dimos la vuelta al mundo desde que empezamos la pandemia. Debemos ser el grupo español que más conciertos ha dado. Tomamos la decisión de no quedarnos en casa y hemos tenido mil aventuras desde que que empezamos. Daría para otro disco doble y otra novela. Yo personalmente estoy agotado pero nos ha fortalecido como músicos. Hemos tenido que reaprender como músicos. Lo disfrutamos más.

–Al final, el título del último disco, “El regreso de Abba”, ha sido premonitorio.

–La verdad, tengo pocas dotes de pitoniso. Hace tres años cuando empecé la novela, no tenía nombre para la protagonista y ya circulaban rumores del regreso de ABBA, el grupo sueco. Me parecía un nombre precioso para un chica aunque realmente significa padre. Así que no fui tan pitoniso. Las noticias se cuelan en el subconsciente y bienvenido sea el regreso de ABBA.

–¿Era uno de tus grupos en la infancia? ¿Te lo ponían tus padres?

–Sí, mis padres tenían cintas de casete en el coche y ABBA sonaba así como Mocedades, Richard Claydeman o Serrat. ABBA ha sonado siempre en mi casa. Sus estribillos han quedado para siempre. Nos hemos olvidado de citarlos como influencia, somos unos desvergonzados. Como amantes del rock todo el mundo debe pasar por escuchar a ABBA.

–¿Realmente nunca podrías vivir en el campo?

–Cuando escribí “Maravilloso” ponía el foco en mi barrio. Como en muchos de España se está construyendo para arriba y no para adentro, para el ciudadano. En mi barrio llegará un día en el que no veré el cielo. Esa canción aparentemente frívola que se puede bailar nos sirve para decir ¡Cuidado con eso! También está el tema del turismo sostenible. A nosotros, he hemos veraneado en la Costa Brava, nos preocupa mucho.

–No me parece frívola, en ciudades como Santiago ya se está notando la uniformización turística.

–Todas las ciudades, da igual en Budapest, Viena, Madrid..., todas tienen las mismas tiendas y mismos restaurantes de comida rápida. A veces, me pregunto si vale la pena salir de casa porque todos tienen lo mismo. He visto a mis vecinos irse del barrio lo que da mucha pena.

–Como cantas, vives “tu jodido sueño” de la música pero imagino que en este país tiene mucho de sacrificio y dificultad.

–Esta vida es despiadada. Soy compositor de Sidonie, quiero mucho a mis compañeros. Soy feliz por estar dedicándome a esto; es mi sueño pero es muy duro y difícil. Estamos en un momento y un lugar muy difícil, en el que hacer música es muy complicado. Me entristece que no haya un intercambio más natural con otros países de la misma lengua. Además, el mundo anglosajón no escucha canciones en castellano, ahora le hacen caso a Rosalía y cuatro reguetoneros pero nada más. Ni se te ocurra cantar en castellano o catalán y triunfar en Inglaterra o Estados Unidos. Es supertriste.

–Recuerdo un concierto vuestro apoteósico, fue una fiesta, ¿cómo será este?

–Un concierto de Sidonie, además de que musicalmente tenga una calidad, contempla también ese aspecto festivo y sexual de lo que entendemos por música rock. No sabemos qué pasará en el concierto, dependerá de las vibraciones que sintamos en el camerino, si el pulpo es bueno o no, depende de mil factores. Vigo es una ciudad que siempre nos ha gustado.

–¿Te ha servido tu novela para descubrirte a ti mismo?

–Me ha ayudado a indagar en mi relación con la literatura que es como conocerse más a sí mismo. Uno se conoce a través de los libros, de otros artistas y películas . En mi caso vengo de una casa en la que se leía mucho. Yo dedico una hora de lectura al día. Es el mejor momento del día, conmigo mismo y hablando con los difuntos. Son momentos preciosos. Yo tengo problemas de comunicación con el resto de las personas y con la literatura no me pasa, me comunico muy bien con ese personaje que está contando esa historia o el narrador. Me protege de la felicidad, me calma el problema de los nervios.

–¿De verdad deberíamos aniquilar el mañana?

–No, ni el ayer tampoco. Yo me llevo bien con el ayer aunque soy nostálgico y el futuro es pura fantasía. No me acompleja ni tirar para adelante ni para atrás.

–¿Cómo ves el futuro?

–Tal y como están las cosas tendremos buenas canciones, series y libros porque el arte viene del dolor y la enfermedad para curarlos. Estamos viviendo una época muy enferma, no solo por la pandemia, sino también por cómo nos comunicamos entre nosotros con un torbellino de imágenes brutal.