Desde San Sebastián, donde participa este fin de semana como jurado del festival de documentales musicales Dock of the bay, el vigués Lois Patiño aún saborea el regusto placentero de la noticia que le coloreó la semana: su cortometraje “Sycorax”, codirigido con el argentino de ascendencia gallega Matías Piñeiro, fue seleccionado para la Quincena de Realizadores del Festival de Cine de Cannes, la misma sección en la que triunfó en 2010 Óliver Laxe con su filme “Todos vós sodes capitáns”. La obra es una delicia a nivel visual y de concepto que entrelaza a Shakespeare con las Azores con momentos poéticos como las imágenes de los textos del autor inglés sobre otras del mar u otros momentos.

“Lo que buscas en tu carrera es intentar mantener una trayectoria ascendente. Después de estar en Locarno varias veces, Rotterdam y la Berlinale con ‘Lúa vermella’, Cannes es lo principal. El cortometraje es una primera aproximación de Matías y mía para entender el lenguaje común que podría salir para un largometraje que estamos ya preparando y que se llama ‘Ariel’. Ir a Cannes es un buen empujón”, detalla el director de cine y artista”.

–Ese largometraje empata entonces con Sycorax pero los dos están vinculados a “La tempestad”, de Shakespeare.

–Sí. el principal protagonista de la obra de teatro es Próspero que es el rey exiliado en la isla; Ariel es el espíritu de la ínsula y en el que centraremos la película; y Sycorax es un personaje que no aparece en la pieza teatral. Solo lo conocemos por lo que nos dicen de él: una bruja malvada. La obra de Matías, desde sus últimas cinco películas, explora los personajes femeninos de las comedias de Shakespeare. Para el largometraje, no incluimos a Sycorax pero sí lo hacemos en este corto, que es como una precuela del filme.

– Su anterior largometraje, “Lúa vermella”, también recurría a unas meigas sin visión negativa.

–Como sabemos todos, se utilizó la etiqueta bruja para controlar a las mujeres y denostarlas. No sabemos realmente lo que hizo Sycorax. Solo sabemos lo que dicen algunos hombres de ella. Lo que hicimos fue dudar de la veracidad de lo que aseguran los personajes masculinos sobre ella e intentar aportar qué podría decir Sycorax si tuviera voz. Intentamos ponerle un rostro, imaginamos cómo sería. Se dice que Sycorax encerró a Ariel en un árbol durante 12 años hasta que Próspero la sacó de ahí. En “La tempestad”, dicen que el castigo fue por no querer obedecerla, pero ponemos en duda eso. ¿Y si quería protegerla?

–Rodaron en Portugal, ¿dónde?

–En la Isla de San Miguel en las Azores. Buscábamos unas islas. Necesitábamos la presencia de Ariel, de una atmósfera cambiante con viento, niebla, tormenta, sol. Se dice de Galicia que puedes ver las cuatro estaciones en un día. En Azores, las ves en una hora. El próximo largometraje transcurrirá entre Galicia (entre otras zonas, Gomesende en Ourense de donde es la familia de Matías y donde fue concebido) y las Azores. Tenemos que complementar la financiación pero sería en 2022.

–¿Cuál es el fin del proyecto?

–En el año 2015 o 2016, a Matías y a mí nos invitó el festival danés CPH:DOX a realizar un corto. Ya éramos amigos y admirábamos el trabajo del otro. El corto fue rodado en el verano de 2019. Nos interesaba explorar el universo del otro que desde fuera puede parecer opuesto. Mi cine es silencioso, muy contemplativo; y el de Matías es muy dialogado, mucha coreografía entre la cámara y los personajes, mucha estructura narrativa. Él representa la idea del teatro y yo la del paisaje. Al final, la isla se convierte en un escenario teatral donde la magia y lo fantástico puede ocurrir.

–Da la impresión de ser una obra dentro de otra obra, con la muestra diferente de un casting incluida.

–Sí, esto en parte viene del universo de Matías donde suele ocurrir estas cuestiones; y también parte de mi idea de trabajar una naturaleza habitada. Aquí, la naturaleza está habitada y la realidad se tiñe de la fantasía, de la mirada de la director de la obra de teatro. Vemos rostros de gente de las Azores y ella ve posibles personajes. “Ese sería Próspero, este su hermano...”, dice ella. El cortometraje se estructura en dos búsquedas: la primera a por el rostro de Sycorax; la segunda, el árbol en el que encerró a Ariel.