Diecisiete años después de que Guillem Jiménez protagonizase la primera película con un actor principal con síndrome de down, “León y Olvido”, la difícil y entrañable historia de los dos hermanos y cómo serían hoy retorna a los cines convertida en “Olvido y León”. La viguesa Marta Larralde presenta el filme este viernes en los cines Yelmo de su ciudad, a las siete de la tarde. El sábado, además, impartirá un taller en la Escuela Actuarte Espacio Creativo. Larralde recuerde con cariño el rodaje en Laias entre Ourense y Ribadavia. “Es un sitio precioso. un lugar muy energético con una naturaleza muy bella. Hicimos paddle surf Miño para arriba, para abaixo, corría entre los carballos. El lugar me ayudaba a sacarme el poso oscuro del personaje”.

–En esta nueva entrega, Olvido se encuentra en una situación muy complicada.

–Esta no es una segunda parte de “León y Olvido”. Es como una continuación en la vida de los personajes. Cuando Xavier nos llamó para la película lo afronté como si fuera un nuevo personaje. Había pasado el tiempo, yo había cambiado y me encontré una Olvido enferma, que se hace daño a sí misma, con intentos de suicidio. Toda esa violencia que ella ejercía a su hermano se la rebota a sí misma. Antes le echaba la culpa de todos sus males a él pero a veces las circunstancias y el medio social que nos toca vivir nos tocan. Hay que luchar para salir adelante sin hacer mal a las personas que te rodean.

–Un papel complicado.

–El guion me impactó mucho. Yo no había tenido en mi vida contacto con personas de mi familia con depresión ni yo la he tenido. Me puse a investigar y al preguntar empecé a descubrir que gente en mi círculo lo estaba pasando mal por algún familiar o alguien con depresión o que se había intentado suicidar o consumado. Es algo de lo que no hablamos pero está latente en la sociedad.

–¿Tiene algo suyo esta Olvido?

–Hay cosas de ella que Xavier escribió pensando en mí, me puedo reconocer en ellas. Ahora, Olvido es actriz, la rechazan en los casting... En mi caso, se produce bajón, no depresión, y espero que esto último no me llegue porque nadie se puede sentir salvado.

–Su hermano, León, intenta ayudarla pero no posee las herramientas para conseguirlo y no tiene que ver con que él tenga síndrome de down...

–Yo opino lo mismo. La gente que sufre depresión necesita ayuda profesional. Los amigos muchas veces no sabemos cómo hacerlo. León quiere estar con su hermana y que esté bien. También tiene sus necesidades de amor, sexo y pareja.

–Lo de la falta de pareja él lo sigue arrastrando desde el primer filme.

–La soledad es el miedo de todo ser humano. Si piensas en una persona agresiva muchas veces te das cuenta de que actúa así por el miedo a estar solo o sola, creo yo. León sigue con su deseo de tener novia. Ha tenido varias oportunidades pero las ha desaprovechado como hacen muchos y muchas que no cogen el tren y después es tarde. Él está en recuperar amores perdidos y no sé si le saldrá bien...

–¿Y Monti Castiñeiras?

–Es el casero del apartamento en el que viven. Aparece como el ángel salvador. Se enamora de Olvido y parece que la va a salvar de todos sus males. A ver qué ocurre, a ver si les va a ayudar o no.... No quiero destripar mucho. Es una gran ayuda tener a una persona a tu lado que te pueda recoger pero no siempre sucede.

–En “Días de cine” explicaron que la película se hizo por la insistencia de Guillem.

–Durante todos estos años mantuvimos el contacto. Decíamos que sería estupendo volver a rodar juntos. Cada año por las fechas del rodaje de León y Olvido se lo recordaba. Cuando dejó de insistir, Xavier empezó a escribir. He recibido muchos guiones que no se han llegado a rodar. Pensé que este iba a ser otro pero no.

–Guillem falleció recientemente. Debe ser muy duro...

–Ha sido un horror. Ahora puedo hablar y no me quiebro pero lo hemos pasado fatal porque fue inesperado. Estuvo un año malito sin recuperarse... Nunca me imaginé este final. Yo estaba en contacto con su madre porque él no podía ya ni hablar. e fue con 37 años... Llegó a ver la película y le gustó muchísimo. Es un homenaje a él , a todo lo que nos aportó y a la vida tan maravillosa que tuvo. Se ha ido dejando una huella en todos nosotros.