Es la gran revelación cinematográfica del 2020. Su ópera prima, ‘Beginning’, ganó cuatro galardones en el Festival de San Sebastián, entre ellos la Concha de Oro a la Mejor Película y la Concha de Plata a la Mejor Dirección, y también fue premiada en certámenes como el de Toronto. Retrato profundamente perturbador de una mujer que trata de romper las cadenas sociales e institucionales que la oprimen, la película de Kulumbegashvili llega este viernes a los cines españoles.

– ¿Por qué decidió ambientar la película en una comunidad de los Testigos de Jehová?

– Tengo varios parientes que, con el paso de los años, se han convertido en Testigos. Siguen viviendo en el pueblo georgiano del que toda la familia proviene, nacieron y crecieron allí; y, a pesar de ello, a causa de sus convicciones religiosas han sido marginados. Me pareció un punto de partida narrativo interesante. Las comunidades religiosas son muy interesantes porque funcionan como metáforas de comportamientos que afectan a toda la sociedad.

–Y, en el caso de ‘Beginning’, el tema de fondo es el patriarcado....

– Sí. He querido contar una historia sobre un tipo de personaje femenino que, en una narración más tradicional, sería meramente secundario. Es una mujer que se da cuenta de que ya no encaja en el mundo que le es familiar y ya no lo soporta más. Es un mundo en el que sus opiniones y sus necesidades son ignoradas. Y, a medida que va acumulando frustración y miedo, emprende un viaje de liberación hacia lo desconocido.

– La alienación personal es un asunto que usted ya ha explorado a través de sus cortometrajes. ¿Qué le interesa de él?

– Es un sentimiento con el que estoy muy familiarizada, y no solo porque años atrás dejé mi hogar para vivir en Nueva York, e inevitablemente me fui convirtiendo cada vez más en una extranjera en mi propio país. El otro motivo es que crecí en el seno de una familia típicamente georgiana, y se me educó para que llevara un tipo específico de vida y en la creencia de que, si obtenía ciertos logros materiales y familiares, automáticamente sería feliz. Como consecuencia de ello, desde muy pronto me sentí fuera de lugar. Siempre me he sentido así.

– ‘Beginning’ contiene escenas muy violentas. ¿En algún momento se cuestionó si era realmente necesario incluirlas?

– Me sentí moralmente obligada a filmar la violencia de forma distante, pero no dudé de si debía o no mostrarla, porque la violencia es parte de la vida de todos nosotros y a veces es extrema. De hecho, mientras preparaba la película hubo quienes me quisieron convencer de que me preocupara más por no incomodar al público, incluso de que convirtiera a la protagonista en una justiciera. Pero eso no habría sido honesto.

– Durante el proceso de producción, ¿tuvo que escuchar muchas voces que le decían cómo tenía que hacer las cosas?

– Sí, muchas. Durante el rodaje hubo quienes me consideraron una directora inflexible porque, a su juicio, probablemente me tendría que haber dejado aconsejar por los hombres que me rodeaban. Por desgracia, que una mujer mande sigue incomodando a muchos hombres, incluso en el mundo del cine.