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El pleno de Bueu rechaza derogar la tasa de la basura entre críticas por «hooligans» y «victimismo»

El PP instó al BNG «a que de nomes e se ten probas xa sabe a onde ten que ir»

El concejal Alberto Moital señaló directamente a tres ediles populares

Un momento del pleno de ayer en la corporación municipal de Bueu.

Un momento del pleno de ayer en la corporación municipal de Bueu. / Gonzalo Núñez 

Bueu

La moción presentada por el PP de O Morrazo en los tres concellos de la comarca para que los respectivos gobiernos locales instasen a la Mancomunidade a derogar la nueva ordenanza y tasa de la basura concluyó ayer su recorrido en el pleno de Bueu. Tal como se preveía la propuesta fue rechazada con los votos en contra de BNG y PSOE en una sesión sin apenas público en el plenario bueués. Así, la moción impulsada por los populares solo salió adelante en Cangas gracias a la unión entre PP y Alternativa dos Veciños (AV).

Un debate que en su parte final se tensó debido a las alusiones personales por los incidentes ocurridos en la asamblea del día 13 de octubre en Cangas. Desde el bipartito BNG-PSOE se habló de actitudes «hooligans» por parte de ediles del PP, quienes a su vez aseguraron que los representantes del gobierno local rechazaron hablar en aquella asamblea y les acusaron de victimismo. Antes de que el debate se volviese más agrio y bronco el alcalde, Félix Juncal, optó por zanjarlo y proceder a la votación.

La encargada de defender la moción fue la portavoz del PP, Elena Estévez, que en su intervención posterior reconoció que en las últimas semanas se inició un proceso de diálogo con los vecinos y con los sectores económicos afectados. Pero afeó que esas reuniones no se celebrasen antes de la aprobación inicial. «Parece que estades dispostos a dar medio paso atrás e escoitar agora o que non escoitastes antes», sostuvo.

La primera respuesta llegó por parte del portavoz del BNG, Xosé Leal, que al igual que sus compañeros en los plenos de Moaña y Cangas achacó la moción del PP a «un lavado de cara despois da asamblea da vergoña, con actitudes hooligans por parte dalgúns concelleiros». En esa respuesta también argumentó que el gobierno de la Mancomunidade defendió el diálogo y que durante el periodo de exposición pública se podían incorporar las peticiones y sugerencias de los agentes sociales.

El siguiente en intervenir fue el edil no adscrito, que propuso incluir en la moción del PP un punto adicional en el que se condenasen los incidentes del 13 de octubre y que se votase por separado para que pudiese ser apoyado por todos los grupos. Al mismo tiempo reprochó al gobierno que las mesas de negociación abiertas tras aquella asamblea «tiñan que ser antes».

Más tensión en la segunda ronda de intervenciones

Fue tras esta primera ronda de intervenciones cuando el debate subió de temperatura. En su réplica Elena Estévez argumentó que son BNG y PSOE quienes «están tentando lavar a cara, só hai que ver o que fixestes [en alusión a las reuniones sectoriales] despois da asamblea e tras verlle as orellas ao lobo». Y a continuación exhibió su malestar por las acusaciones de «hooligans» e instó a Xosé Leal «a dar nomes e se ten probas xa sabe a onde ten que ir».

La respuesta no llegó por parte de Xosé Leal, sino del concejal de Patrimonio, Alberto Moital, que en su intervención señaló directamente a Marta María Liméns, Macame Núñez y Manuel Santos Pires [que ayer no estaba presente]. Una intervención secundada por el resto de sus compañeros. «Hai vídeos do que pasou, non se deixou falar aos representantes do BNG nin explicar o seu argumentario. Iso é unha ditadura. Nos anos que levo como concelleiro vin moitas cousas, pero non podo coa hipocresía», recriminó Moital a la bancada del PP.

La contundencia de esa réplica motivó un turno por alusiones dentro del grupo del PP, en el que tomó la palabra Marta María Liméns. «Ustedes no quisieron hablar, van de víctimas en lugar de dar la cara», afirmó. Y aseguró que los concejales del PP se quedaron a esperar para intentar que todos los miembros de la asamblea saliesen juntos. Unas explicaciones que distaron de convencer a BNG y PSOE.

Antes de que la discusión se enconase más y argumentando que el tema ya estaba suficientemente debatido –antes de la asamblea ya se debatió una moción similar del propio PP– el alcalde propuso proceder a la votación. Tan solo permitió una segunda intervención por parte de Chapela, a la que tenía derecho, en la que el edil no adscrito abundó en una crítica expresada previamente por Elena Estévez: «Había sitio para que entrase máis xente e foi lamentable que non funcionasen os micros», algo que instó a que se resolviese de cara a la asamblea en la que se debe votar la aprobación definitiva de la ordenanza.

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