Un manifiesto contra el «postureo»

Un espectáculo marcado por el color neutro y un juicio a Julio César marcan la penúltima jornada

La performance en beige. en el muelle de Cangas.

La performance en beige. en el muelle de Cangas. / | Mostra de Teatro

Cangas

La penúltima jornada de la Mostra Internacional de Teatro de Cangas volvió a tener al feminismo como uno de los ejes centrales. La razón estuvo en la vistosa performance titulada «Se nota, se siente, ¡el beige es incluyente», de la compañía madrileña Miss Beige y que permitió deslocalizar los espectáculos, pues se celebró a las 12.30 horas en la estación marítima de Vigo y una hora después en la de Cangas.

Los viajeros que estos días abarrotan el transporte de ría para disfrutar de las playas no se quedaron indiferentes ante una propuesta escénica que se puede considerar un manifiesto contra el «postureo» en redes sociales. Y es que la performance dirigida por Ana Esmith se caracterizó por vestir de beige a todos sus participantes. Se busca un color aséptico que supone una crítica «a la obsesión por el retoque, el filtro y los mecanismos de autoengaño» que ofrecen los dispositivos móviles y las aplicaciones de redes sociales y de edición de imágenes.

Anunciado como una performance en cuya participación «no se necesita de currículo ni de proceso de selección», los «actores» caminaron con el ya mencionado tono claro y con un martillo en la mano. Algún toque de color como los complementos de los niños y el destacado bañador rojo de una de las participantes se mostraban como los puntos que lograban atraer todas las miradas.

Ana Esmith pretendió alentar la reflexión sobre el espacio que hay «entre lo que somos y la imagen de lo que se supone que somos, como hacía el arte sacro en la antigüedad». Con este color «insulso y diseñado» se dio a los participantes la oportunidad de «mirar y ser mirado». Según la directora la puesta en escena supuso «una oda a la contemplación y un desafío a la valentía y al género». No en vano la compañía Miss Beige nació en respuesta a lo que consideran una «carencia de heroínas femeninas no sexualizadas en el imaginario colectivo».

Si el mediodía tuvo un contexto activista, la noche convirtió el Auditorio Municipal en un juicio a la figura de Julio César, el político y militar que dirigió los designios de Roma durante buena parte del siglo I a.C. El grupo lisboeta Compañía do Chapitô hizo pensar al público sobre si Julio César era «un tirano que merecía morir o un héroe brutalmente asesinado por conspiradores». La obra, que se estrenó en Galicia en las tablas de Cangas, se mueve entre los géneros de la reconstrucción histórica, el documental y la parodia. Los actores Jorge Cruz, Pedro Diogo y Susana Nunes se hicieron con el público en una propuesta dirigida por José C. García y Claudia Nóvoa.

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