Cela celebra su vino «tinta femia», un «elixir con identidade propia»
La parroquia de Bueu celebra el día grande en honor a una de sus señas de identidad con el pregón de Juan Veiga | La fiesta se cerrará hoy y a mediodía se organiza una cata a ciegas

El día grande de la XIX Festa do Tinta Femia de Cela / Gonzalo Núñez
La aldea gala de Astérix y Obélix que resistía los embates del Imperio Romano tenía en la pócima mágica del druída Panorámix su elixir. La parroquia de Cela, en Bueu, tiene su propio brebaje que la hace diferente y única. La uva del «tinta femia», de la que se obtiene «un elixir con identidade propia, que nos fai diferentes e nos comunica con tantas e tantas xeracións que viñeron antes ca nós e que traballaron arreo para manter as tradicións». Así lo ensalzaba ayer el pregonero de la XIX Festa do Tinta Femia, Juan Veiga Alfonso, en el día grande de esta celebración alrededor de la cultura y tradición vitivinícola. Una fiesta que en breve comenzará una vendimia diferente: el proceso para optar a la declaración de Festa de Interese Turístico de Galicia, una iniciativa en la que trabajan viticultores y Concello de Bueu.
El evento regresa este fin de semana a Cela después de una ausencia de un año, con una decena de cosecheros participantes y 1.300 botellas para poder disfrutar de un espacio, el Eirado de Cela, con unas vistas privilegiadas sobre la ría de Pontevedra. Y para este regreso la Asociación de Viticultores de Bueu eligió como pregonero a una de las personas más queridas del municipio: el sanitario jubilado y Fillo Adoptivo del Concello de Bueu Juan Veiga Alfonso, que estuvo arropado por la organización y representantes de la corporación municipal.

La ruta con el músico Xavier Blanco sobre la conexión entre el vino y la música de raíz / C.G.
En su pregón reconoció que cuando llegó a Bueu, allá por el año 1973, no conocía el «tinta femia», un vino que fue conociendo a través de las conversaciones con sus pacientes. «Un traballo lento, sosegado porque todo era novo para min e porque o viño sempre ten que tomarse así, en calma», decía Juan Veiga. Ahora, más de 50 años después de su llegada a Bueu, «consigo apreciar a gran importancia que ten esta uva que, por certo, non se atopa en ningún outro lugar do mundo. A súa terra, o sol de poñente, a súa localización, a fan inconfundible, inimitable, única», afirmaba Juan Veiga en su pregón. Un discurso en el que también se refirió a las «teorías» que dicen que el «tinta femia» es en realidad caíño. «Pero non é así, aínda que ambos sexan como curmáns irmáns», subrayó Veiga.
El trabajo de las mujeres
El pregonero no se quiso olvidar de la razón detrás del nombre de este vino que identifica a Cela. «Mentras os homes traballaban no no mar para traer o sustento á casa, as mulleres eran as que coidaban a familia e as fincas, elas multiplicaban o esforzo dos seus maridos para que cando chegasen a casa valorasen o que lograran», recordó. Y destacó que el «tinta femia» no es solo un vino, no es solo una bebida. «Ao redor del se constrúen moitas máis cousas, quizais as máis importantes da vida, que consiste en compartir experiencias», argumentó Juan Veiga. Un pregón que finalizó con un sincero agradecimiento a la parroquia de Cela y sus habitantes «por conseguir e facer posible que cada ano nos reunamos para degustar este viño que con tanta dedicación nos ofrecedes».
Quienes aún no lo hayan probado o quienes quieran seguir disfrutando del «tinta femia» hoy tienen una nueva oportunidad con el último día de la fiesta.
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