Barreras arquitectónicas y de actitud limitan el acceso al transporte de ría
Denuncian ante Consumo el bloqueo de la rampa para entrar al barco en silla de ruedas y la falta de empatía del personal | Las críticas ya se formalizaron en 2019 y no hay avances

La rampa estaba dispuesta ayer en el pantalán, sin candado. | G.N.
En 2019, varias personas con discapacidad de la comarca de O Morrazo y sus asistentes alertaron de las graves dificultades que sufrían para acceder al transporte público, sobre todo a los barcos del servicio de ría. Relataban que al barco entre Cangas y Vigo no podían entrar en silla de ruedas a motor en muchas ocasiones debido al peso de la misma, a la dificultad que supone para el personal levantarla y a la carencia de rampas adecuadas. Seis años después la situación no ha mejorado mucho, la rampa que debe facilitar la maniobra estaba hasta hace unos días amarrada con candado a la estación marítima y tripulantes de la naviera RG no tenían llaves ni actitud para salvar el escollo. El asunto ya está en manos del Instituto Galego de Consumo.
Miriam Fernández, hermana de Nacho, el usuario afectado de parálisis cerebral que el pasado sábado tuvo que plantarse con ayuda de otros pasajeros para que la tripulación de RG desplegara la rampa necesaria para acceder al barco entre Vigo y Cangas, cubrió y entregó ayer en el Concello la hoja de reclamación para que la Xunta tome cartas en el asunto. Denuncia barreras arquitectónicas e incumplimiento de la legislación en materia de accesibilidad, con la rampa metálica «atada bajo candado y sin llave para utilizarla», obligando a paralizar el transporte hasta poder embarcar. Pero también «barreras actitudinales» por dos miembros de la tripulación en dos trayectos diferentes, «llegando a calificar al usuario y a su silla como «el chisme ese» y manteniendo una actitud lejana a la empatía.
Además de relatar el suceso, la familia afectada demanda una cita con el inspector de Mobilidade o algún responsable de la Xunta de Galicia que tenga potestad en este asunto y pueda tomar medidas para evitarlo desde ahora. «Es imposible resumir en diez líneas las dificultades para acceder a ciertos medios de transporte público de forma autónoma para las personas con alguna discapacidad», alertan, y citan la legislación al efecto que muchas veces se incumple.
La rampa metálica está accesible sobre el pantalán de Cangas
El problema que se encontró Nacho Fernández el pasado sábado es que no estaba habilitada la rampa para subir al barco en su silla de ruedas a motor, y ante la imposibilidad de desplegarla –permanecía encadenada al pantalán, con candado y sin llaves para poder franquearla la tripulación–, «nos dijeron que nos teníamos que quedar en tierra», explican, aunque la solidaridad de otros pasajeros permitió resolver la situación, con cierto retraso.
El acceso que estaba habilitado es de madera, con desniveles y características no aptas para sillas a motor, como la de Nacho, insiste Miriam, que no sólo defiende los derechos de su hermano, sino que también pelea por una sociedad más justa, igualitaria y sin discriminaciones. Ayer a mediodía presentó en el Concello de Cangas la hoja de reclamación y luego se dirigió al pantalán de embarque, con las rampas ya dispuestas.
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