MOSTRA DE TEATRO DE CANGAS/ Eusebio Calonge, dramaturgo de La Zaranda

«El teatro dignifica a los personajes como Velázquez dignificó a los bufones»

El Auditorio Xosé Manuel Pazos Varela recibe hoy a una de las compañías legendarias de España y una de las fieles a la Mostra, La Zaranda, con casi medio siglo sobre la escena desde su fundación en Jerez de la Frontera en 1978. Estrena en Galicia su última producción, «Todos los ángeles alzaron el vuelo», del dramaturgo Eusebio Calonge, en el que yonquis, camellos y prostitutas toman el escenario.

Eusebio Calonge. |  La Zaranda

Eusebio Calonge. | La Zaranda

Cangas

Entró en La Zaranda en 1985 como técnico de iluminación y empezó a descubrir el potencial del lenguaje teatral, se formó sobre el escenario con la compañía como la mejor escuela. En 1992, Eusebio Calonge (Jerez de la Frontera, 1963) realizó su primera dramaturgia para La Zaranda, «Perdonen la tristeza», y desde entonces hasta hoy, casi una veintena de títulos esparcidos por décadas y países en cuatro continentes, el último de ellos «Todos los ángeles alzaron el vuelo», que hoy se representa en el Auditorio de Cangas (22.00 horas).

¿Cómo surgió esta obra?

El origen de cualquier obra, al menos en mi caso, es difícil de precisar, su gestación puede ser tan larga como la vida hasta que llega a la escritura. Hay esquirlas que quedan en la memoria, influencias que se cruzan, hasta que se entretejen unos destinos. Las de los personajes y los del elenco. Una obra de teatro se busca en el texto, pero nos encuentra en el escenario. En concreto en esta, puede que haya un ajuste de cuentas con una realidad adversa, unos personajes marginales en la periferia de la sociedad, esos que esquivamos con nuestra mirada y que aquí ocupan el escenario, y cruzan desde lo sórdido de sus vidas para dignificarlas. No desde el discurso sino desde la metáfora puramente teatral. El punto de partida en cualquier caso no es una idea, sino unos sentimientos, alrededor de la soledad, de la indiferencia del mundo ante el dolor del otro, y de una posible expiación.

Yonquis, camellos, prostitutas... ¿Por qué este mundo?

Quizás porque entra en fricción con nuestro confort, con una sociedad banalizada, anestesiada también desde el teatro, que siempre debe crear un revulsivo. Al mirarlos a ellos también está implícita la pregunta de que me separa de ellos ¿Azares del destino? ¿Decisiones erróneas? También está la cuestión de qué hay en nosotros de adictos, qué llegamos a prostituir en nuestra propia vida. En los personajes siempre hay una carga alegórica.

Ponemos la mirada en estos personajes límite para hacerles protagonistas sobre un escenario, ¿pero los teatros se abren realmente para ellos? ¿Cree que los encontraría entre el público?

La mirada del espectador queda expuesta siempre a un contagio, el personaje puede descubrirle una realidad desconocida, llevarlo a un mundo que no es el suyo, esa es una cualidad de todo arte, que no está para enseñarnos, sino para hacernos vivenciar, crearnos una experiencia vital. Difícilmente en el teatro que han convertido en un producto de consumo cultural, podríamos encontrar público marginal, pero lo importante es que también se dirige a ellos, hay un espacio donde se pueda establecer un diálogo con ellos, pero también está la cuestión de que podamos sentirnos reflejados en la distorsión del espejo.

El elenco de la obra: Ingrid Magrinyá, Gaspar Campuzano, Francisco Sánchez, Enrique Bustos y Natalia Martínez. |  La Zaranda

El elenco de la obra: Ingrid Magrinyá, Gaspar Campuzano, Francisco Sánchez, Enrique Bustos y Natalia Martínez. | La Zaranda / Fdv

¿En dónde está la salvación de todos ellos?

No se trata de aleccionar moralmente ni de sacar de la chistera una resolución ideológica. La salvación, como diría el propio Dostoyevski, que no en vano se cita en esta obra, está en que “la belleza salvará el mundo”, es el propio arte, el teatro, el que dignifica a los personajes, como Velázquez dignificaba a los bufones que para tantos serían seres grotescos.

Estamos hablando de una Mostra Cómica ¿encaja como cómica la obra de La Zaranda?

Que recuerde es la cuarta vez que La Zaranda participa en esta Mostra, creo es que han sabido ver en su trabajo que el humor es la mejor manera de cruzar el infierno, como por citar otro ejemplo lo hacía Cervantes. En la vida creo que risa y llanto pueden darse hasta de modo simultáneo, ese «reír por no llorar», en cualquier caso, no es la carcajada que nos produce el otro, sino la que nos hace reírnos de nosotros. Lo esencial, para mí, es emocionar y que esa emoción llegue hasta el pensamiento, que el teatro sea esa vivencia de que hablaba antes. Cómico o trágico, va a depender muchas veces del estado anímico de quien contemple.

¿Dónde está el límite en los personajes de La Zaranda?

Desde luego siempre se aspira a que más allá de los renglones del texto y de la embocadura del escenario, si fluyen hasta la memoria del espectador ha traspasado su propio tiempo, es lo que hace un personaje grande, en cada uno puede expresar cosas distintas.

La obra, dedicada a Laura Gómez-La Cueva: « Era una gran actriz»

«Todos los ángeles alzaron el vuelo» está dedicada a la actriz Laura Gómez-La Cueva. ¿Qué nos puede recordar de ella?

Una grandísima actriz, de las mejores que he visto sobre un escenario. Era una gran trágica capaz de hacer reír. Tuve el privilegio de trabajar con ella en varias ocasiones y se convirtió para mí en alguien insustituible, con ella comencé a trabajar en este texto, pero la muerte vino a trucar ese sueño. Tras cuatro años decidimos de algún modo ofrendárselo, porque toda obra de arte es ofrenda, un modo de hacerla presente, presencia que no ausencia.

¿Siguen con sus giras anuales por Buenos Aires y Montevideo? ¿Qué es América para La Zaranda?

Un horizonte, que es siempre una razón de ser. En América, en nuestras primeras giras, allá por 1988, nos encontramos con que nuestro teatro tenía un sentido, un público. Allí también engrandecimos nuestro propio oficio encontrando a grandes maestros sobre el escenario. La Zaranda desplegó allí una labor, recorrimos el continente muchas veces, desde Cleveland a Punta Arenas, país por país. Podría decir que hemos sido la compañía española que más veces arribó a los escenarios de Buenos Aires, son ya más de quince temporadas, no llevo la cuenta, y sí, estaremos allí casi después de Cangas. Respirar de su teatro ha sido para nosotros una necesidad.

¿Qué diferencia hay entre La Zaranda de hace casi 50 años y la actual?

Las fuerzas ya no son las mismas, ahora a muchos rincones de América llegan nuestras obras, pero no la compañía, es un modo en que los personajes que creamos se desprendan de nosotros, ensanchen esos límites de los que hablábamos. Pero pese a los años, hay una energía que nos mantiene, estaremos sobre el escenario mientras que el teatro tenga algo que decirnos. ¿Teatro comprometido hasta el último aliento? Compromiso con esa entrega absoluta en cada función como si fuese la última.

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