Pedazos del mundo de César Portela en O Morrazo

La huella del arquitecto pontevedrés César Portela en O Morrazo no solo está en alguna obra pública como la Casa de Cultura de Cangas, sino en esas viviendas unifamiliares que recogen el libro «Mis casas», que acaba de editar el Colegio de Arquitectos. De la comarca figuran viviendas en Bueu y en Cangas.

Casa de Sabarigo. |  Libro «Mis casas»

Casa de Sabarigo. | Libro «Mis casas»

Cangas/Bueu

Como arquitecto, César Portela (Pontevedra, 1937) tiene actuaciones y obras por todo el mundo. Ahí están el puente Azuma en Shinminato o el Museo Etnográfico en Togamura, ambas en Japón; la torre de control aeroportuario en Sham el-Sheikh en Egipto; la Torre Mirador del Parque Bolívar en Caracas o el Paseo do L´Axe de L´Indépendance en Alger (Argelia), como también por toda España como el parque de Los Toruños (Cádiz), la Estación del Prat de Llobregat o la de autobuses de Córdoba, y en su Galicia natal, ya no sólo obras emblemas de localidades como el Museo Domus (A Coruña), Museo del Mar de Galicia y el Auditorio Mar, en Vigo; el cementerio de Fisterra o en Cangas la Casa de Cultura (1986-1989), sino viviendas unifamiliares. Esas viviendas gallegas están recogidas en el libro «Mis casas» que acaba de editar el Colegio de Arquitectos de Galicia y que se presentó este pasado fin de semana en el Museo de Pontevedra, dedicado por el arquitecto a su padre Agustín, autor del dibujo de la portada; a su madre Adriana; a su hija y compañera de profesión, Magdalena; y a los propios promotores de las viviendas.

Interiores de las casas do Forno y de Sabarigo.

Casa de Sabarigo, en Bueu. / Libro "Mis casas"

En ese recorrido de lo que el propio César Portela califica como «pedacitos del mundo» y entre la veintena de casas que a lo largo de 40 años ha realizado, muchos de ellos a amigos, figuran cuatro ubicadas en la península de O Morrazo en Sabarigo y Cela, en Bueu; en Aldán, en Cangas y en Seixo, en Marín. Cuenta en el libro que hizo todas sus casas «como si fueran para mí».

Casa de Cela. |  Libro «Mis casas»

Interior de las Casa do Forno, en Aldán. / Libro "Mis casas"

En sus páginas, los promotores de las casas hablan de los proyectos, de la elección de los lugares, muy vinculados a las vistas, pero también a su historia, incluso al peso literario, como la de Sabarigo, en Bueu, propiedad de XosFortes y Mari Carmen López, junto a Lapamán, una playa que reunía las condiciones que ellos buscaban de mirar al poniente, con puestas de sol sobre la ría «un espectáculo irrenunciable» y con fondo literario, con un islote rocoso que en marea baja queda unido a tierra y se alzan los restos de una ermita medieval. Eligieron a César Portela no sólo por amistad, sino por «su sensibilidad y contagiosa pasión por una arquitectura esencial» y juntos combinaron piedra, en la variante económica de rosa porriño rústica; madera, cristal, barro y teja: «No sólo hicimos una casa, ganamos un montón de amigos», una casa de veladas en la que se fue fraguando también la vocación literaria de sus hijos.

A la izda., Casa do Forno, en Aldán. Sobre estas líneas, galería roja de César Portela en una casa en Cela. |  Libro «Mis casas»

La casa de Cela, en Bueu. / Libro "Mis casas"

En Bueu, también en Cela, está la casa de Alberto Fortes y Mar Villaverde. Eran unas ruinas y aseguran que César Portela «supo levantar la casa respetando el alma del lugar. Olía a mar, a hierba mojada y a humo antiguo. Taló los árboles del salón pero quedaron sus raíces, techó los muros con madera pero guardó el sonido de la lluvia, trajo el rojo a los miles de verdes...». Portela es para ellos «llave» como los latinoamericanos llaman a sus amigos.

Pedazos del mundo de César Portela

Interior de la casa de Sabarigo, en Bueu. / Libro "Mis casas"

La huella del arquitecto en Aldán está en la llamada «Casa do Forno», una antigua panadería de los años entre el pan negro y el pan blanco, varada sobre el arenal y atada a un limonero. Es propiedad de Nacho Menéndez y Lola Paz. En la planta alta y unido por el puente y sobre el horno, está el estudio para pintar, diseñar y observar el mar apacible de la ría.

Pedazos del mundo de César Portela

Galería roja con la ría al fondo en la casa de Cela, en Bueu. / Libro "Mis casas"

La última de las casas del arquitecto en O Morrazo está en Seixo (Marín) «la casa que uno soñó», de Xosé Ferradás y Pilar Rodríguez. Querían una vivienda en una aldea próxima a la ciudad y encargaron el diseño al arquitecto que había construido también las casas de sus amigos que tanto les gustaba. Y creó una casa con un diseño limpio y sencillo, con pocos adornos, con estancias amplias y carpintería de castaño, cálida y acogedora y en la que destacan dos galerías —tan propias de Portela— hacia la ría y la naturaleza.

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