Adiós a Pablo Pais, un profesor de alma renacentista
Bueu llora la pérdida de Pablo Diéguez Pais, fallecido este lunes a los 78 años de edad. Una persona comprometida a nivel social y que fue un maestro para varias generaciones, enseñando a leer, escribir e incluso ayudando a los futuros patrones de pesca a obtener su capacitación profesional

Pablo Pais y su perra Bimba, en el puerto de Bueu. / Archivo familiar
Pablo Diéguez Pais vivió a caballo entre el siglo XX y el XXI, pero en él habitaba una verdadera alma renacentista. Tenía el don de la palabra, una caligrafía preciosa y una de esas mentes prodigiosas que eran una auténtica fuente de todos los saberes. Latín, griego, inglés, matemáticas, ciencias, lengua, música y hasta conocimientos náuticos que le llevaron a ser el maestro de muchos patrones y marineros de máquinas de Bueu.
Y lo más importante: era una persona buena y generosa. De ello dan fe todos aquellos que lo conocieron o que pasaron por sus clases particulares. Aquellas que solía empezar con la frase de «vamos a hacer unos ejerciciños» y que lo convirtieron en maestro de innumerables vecinos de Bueu.
Su muerte, este lunes a los 78 años de edad, ha provocado gran consternación y tristeza en Bueu. Ya hacía tiempo que no se le veía pasear junto a su querida perra Bimba, que se fue antes que él, debido a su delicado estado de salud.

Pablo Diéguez Pais junto a su perra "Bimba" en una foto tomada en el puerto de Bueu. / Archivo familiar
Bueu le despidió este martes, con un funeral y un entierro en el que actúo la Coral Polifónica de Bueu, de la que fue directivo e integrante durante muchos años. «Tenía una voz de bajo excepcional y un oído fantástico», cuentan.
Esa alma de hombre del Renacimiento, con saberes en todas las disciplinas, le venía de su formación en Filosofía y Letras y de su paso por el seminario. Su vida profesional discurrió en el Centro de Formación Príncipe Felipe, que depende de la Diputación de Pontevedra, pero al salir de su trabajo su vivienda se convertía en una especie de aula magna, en la que impartía clases particulares y era capaz de pasar de una materia a otra, en función del estudiante al que estuviese ayudando, prácticamente sin esfuerzo. Unas clases que la gran mayoría de ocasiones ofrecía de manera desinteresada. «Estaba siempre disponible y lo que lo movía era la vocación de ayudar a los demás», explican desde su famila y quienes disfrutaron de su capacidad pedagógica.
«Mi profesor»
Así es normal que sean muchos los vecinos de Bueu y de generaciones muy diferentes los que se refieren a Pablo Pais como «mi profesor». Un maestro que enseñó a leer, escribir, idiomas, matemáticas y a trabajar con las cartas náuticas. Por ello entre sus alumnos se cuentan numerosos patrones y marineros de Bueu, que gracias a él sacaron los títulos necesarios para poder trabajar y embarcarse. «A veces hasta parecías internacional en un pueblo tan pequeño como es Bueu. Tú también preparabas los colacaos más ricos del mundo y me escribías los problemas de matemáticas tan ordenados y tan limpios que daban ganas de presentar en el colegio tus deberes en vez de los míos», decía una de sus hijas en un escrito que tenía preparado para leer en su funeral.

La Coral Polifónica de Bueu, de la que Pablo Pais fue integrante y directivo, actúo este martes en su funeral. / Gonzalo Núñez
La música era otra de sus pasiones. Él fue quien enseñó a tocar los primeros acordes al excelente guitarrista Serafín Carballo, que era su sobrino. Una pasión musical que tuvo continuidad a través de la Coral Polifónica de Bueu, con la que impulsó la celebración del Festival O Son do Mar para homenajear cada año a una persona vinculada a la pesca aprovechando la festividad de la Virgen del Carmen.
El compromiso de Pablo Pais era también a nivel social y político. De carácter progresista y vinculado a la defensa de la memoria histórica a través de la Asociación Amigos de Johan Carballeira, de la que era vicepresidente. Uno de sus tíos fue represaliado durante la Guerra Civil y condenado a cadena perpetua en el penal de San Cristóbal, en Pamplona, donde falleció en el intento de fuga masiva del 22 de mayo de 1938.

Pablo Diéguez Pais, en el centro de la imagen, en una actuación de la Coral Polifónica de Bueu en una de las ediciones del Festival O Son do Mar. / Beni Estévez
«Esta no es la celebración que nos gustaría tener, pero estamos felices de saber que te vas ocupando un trozo del corazón de mucha gente. Nos dejas el listón muy alto, papá», dice una de sus hijas. Pablo Diéguez Pais falleció este lunes, pero su ejemplo y su luz deben perdurar porque (nos) ayudan a ser mejores.
Ahora a él le toca descansar y a su lado estarán las cenizas de su querida Bimba, que se le adelantó a la hora de emprender el último viaje.
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