El «conmovedor» gesto de un moañés hacia un niño de Cangas: «Misha no podía creer que algo así fuera posible»

El pasado 27 de mayo, una vecina de Cangas publicaba un aviso en un grupo de Facebook en busca de ayuda. Su hijo había dejada olvidada su guitarra en un parque de la localidad morracense y compartió sus datos en un cartel, que además de subirlo a redes sociales, también repartiría por la zona, con la esperanza de que alguien le diese alguna pista sobre el paradero del instrumento.

«Perdí mi guitarra con el estuche negro en el parque de Nazaret el 25 de mayo, a las seis de la tarde. Por favor, si alguien la ha encontrado llame al número de mi mamá», escribió el pequeño Misha, propietario del mismo, en ese aviso que incluía el contacto de móvil de su progenitora.

Una semana después, esta mujer compartió un nuevo mensaje en el grupo de la red social azul de Meta: «Mi hijo está absolutamente encantado», escribió este mismo lunes para relatar, agradecida, el desenlace de lo que les había ocurrido.

«Hemos pasado una semana difícil: a pesar de todos nuestros esfuerzos para encontrar la guitarra (anuncios en el periódico, en Facebook, e incluso en la Policía), no apareció». Esta familia de origen ucraniano estaba convencida de que la persona que se había topado con el instrumento, se lo había quedado sin más.

Con lo que no contaban Snizhana y su hijo Misha era con la generosidad de un vecino del pueblo de al lado, y de su «gesto completamente inesperado y conmovedor», definió esta madre en el escrito de su relato: «Ya casi habíamos perdido la esperanza, y de repente, usted nos llamó y ofreció su guitarra, así, simplemente, desde el corazón. Misha no podía creer que algo así fuera posible. Empezó a tocar de inmediato, con los ojos llenos de alegría», agradeció esta mujer al atruista moañés.

«Nos devolvió la fe en las buenas personas»

«Gracias por su bondad y generosidad. Usted no solo regaló una guitarra, sino que también nos devolvió la fe en las personas buenas», concluyó Snizhana la publicación, en la que compartió una foto de Misha con su nueva guitarra, colgada a la espalda, en el paseo de la playa de Rodeira.

Además del aplauso de algunos miembros de esta comunidad virtual a la historia, el propio buen samaritano también contestó en el muro de la publicación: «El mejor sitio donde podria acabar (o empezar) esa guitarra ya q llevaba años parada… A disfrutar», sentenció.