Bueu honra a sus mártires del nazismo
Los «stolpersteine» que recuerdan a los dos vecinos de Bueu fallecidos en los campos de concentración nazis ya están en el municipio. Estos «adoquines de la memoria» fueron presentados este viernes en un acto en el que se anunció que se colocarán el próximo 30 de mayo, una fecha que coincide con el aniversario de la muerte de uno de esos vecinos de Bueu.

De izquierda a derecha.: Xosé Novas, José González con el «stolpersteine» de su tío, José Manuel Rey con «stolpersteine» de su abuelo y la concejala de Cultura de Bueu, Carmen García, en el lugar donde se colocarán los adoquines de la memoria. / Gonzalo Núñez
Manuel Rey Cruz y José Ferradás Pastoriza eran dos vecinos de Bueu, ambos víctimas del horror de los campos de concentración nazi. Una macabra casualidad hizo que entrasen en Mauthausen casi al mismo tiempo: Manuel Rey el 24 de enero de 1941 y el 27 de enero de ese mismo año José Ferradás. Las privaciones y las durísimas condiciones de este campo de concentración provocaron que falleciesen asesinados ese mismo año: el 30 de mayo Manuel Rey y el 20 de septiembre José Ferradás. El Concello de Bueu y la Asociación Amigos de Johan Carballeira quieren honrar y rescatar su memoria a través de la colocación de sendos «stolpersteine» o adoquines de la memoria, que se situarán en la base del monumento a Johan Carballeira y al resto de las víctimas de la represión. Un acto que se celebrará el 30 de mayo, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Manuel Rey Cruz.
Estos «stolpersteine» [que literalmene significa piedras con las que tropezamos] son una iniciativa del escultor Gunter Demnig para recordar a las víctimas del nazismo, un proyecto que comenzó en 1996 y que más de 30 años después lleva ya más de 100.000 adoquines repartidos por más de 20 países europeos. El Concello de Bueu adoptó hace casi un año un acuerdo por unanimidad para solicitar a la fundación del artista dos de estos adoquines para recordar a estos dos vecinos de Bueu, que tras ser deportados a Mauthausen acabaron falleciendo en el campo de Gusen. «Non esquecemos ás persoas que foron asasinadas nos campos de concentración. A produción anual da Fundación Gunter Demnig é moi escasa e por iso tardaron tanto en chegar», explicaba ayer la concejala de Cultura, Carmen García, junto al directivo de la Asociación Johan Carballeira Xosé Novas y a dos familiares de los represaliados: José González Ferradás, que es sobrino de José Ferradás Pastoriza, y José Manuel Rey Ríos, que es nieto de Manuel Rey Cruz.

Los «stolpersteine» con los nombres de Manuel Rey Cruz y José Ferradás Pastoriza, fallecidos en 1941. / Gonzalo Núñez
El mayor de los dos era Manuel Rey, nacido en 1897 y vecino de A Graña. En el momento en el que comenzó la Guerra Civil estaba enrolado en un barco de pesca en Algeciras y luego trabajó en un mercante que realizaba rutas por el Mediterráneo. Al acabar la guerra pasó a Francia y desde allí intentó ponerse en contacto con su esposa. Su nieto cuenta que su abuelo estuvo casado previamente con otra mujer, con la que tuvo dos hijas, y tras enviudar se casó con Carmen Agulla Villar, con quien tuvo una hija y un hijo. Una de las hijas del primer matrimonio falleció a finales de 2024 a los 100 años de edad y ahora solo vive la hija del segundo matrimonio.
Por su parte, José Ferradás Pastoriza era un marinero de Beluso, que vivía en el lugar de A Roza. Un hombre comprometido con los valores de la II República y que llegó a intervenir en actos políticos en la Casa do Pobo. «Avisáronlle de que podían ir a por el, así que cando chegaba pola noite a casa para descansar a miña nai quedaba esperta para vixiar. Unha noite viu como se achegaba xente e avisouno para que escapase», recuerda su sobrino. Ferradás se dirigió hacia sar y Tuia, donde probablemente consiguió huir con la ayuda de algún barco. «Desde neno sempre quixen saber que fora del. Hai unha historia que nunca olvidarei: estaba xogando ao lado da igrexa de Beluso, que xa tiña os nomes dos mortos polo bando nacional e dixenlle a miña nai: ‘Aí non está o nome do tío’ e ela contestoume ‘o tío era dos outros’», recordaba ayer José González Ferradás.

Manuel Rey Cruz, que murió en Gusen el 30 de mayo de 1941. / Archivo familiar
Con el tiempo la familia pudo reconstruir parte de su recorrido, que lo llevó a combatir con el bando republicano en Euskadi y al acabar la Guerra Civil pasó a Francia. Allí estuvo en un campo, donde era trabajador y soldado y estuvo cerca de la línea Maginot. Con la ocupación nazi fue deportado en enero de 1941 a Mauthausen, donde entró solo tres días después de Manuel Rey Cruz.
Los dos fallecieron ese mismo año en Gusen, pero su memoria continúa viva gracias al empeño de sus familiares y de la Asociación Amigos de Johan Carballeira. Una reconstrucción que no ha sido fácil porque en algún caso estaba el muro del silencio que las propias víctimas se imponían y luego por errores en los apellidos que dificultaban la identificación. «Estamos agradecidos por todo este traballo e pola boa intención do Concello e da Asociación Amigos de Johan Carballeira porque trátase dunha historia que tamén se debe saber», afirman las familias.
El tercer concello de la provincia con «stolpersteine»
Los «stolpersteine» son unos cubos de cemento de 10x10x10 centímetros con una placa de latón en las que figura el nombre de la víctima a la que se pretende recordar, su fecha de nacimiento, el campo de concentración en el que estuvo deportado y si fue liberada o falleció. Desgraciadamente estos dos vecinos de Bueu fueron asesinados en mayo y septiembre de 1941.El acto de homenaje previsto para el 30 de mayo consistirá en la colocación de los adoquines en la base del monumento a Johan Carballeira –previsiblemente sobre las 20.00 horas– y a continuación habrá una charla en el Centro Social do Mar.
Allí estará María Torres, que es la historiadora responsable de la investigación que ha permitido identificar a los pontevedreses que fueron deportados a los campos nazis.
Con este homenaje, Bueu será el tercer municipio de la provincia con ««stolpersteine». Redondela colocó cuatro a principios del año 2024 y en Nigrán se colocó otro el pasado mes de diciembre.
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