Cangas planea humanizar los accesos al casco urbano priorizando la avenida de Ourense

Pavimento repleto de socavones, en algunos puntos hundido como consecuencia de una red de saneamiento obsoleta, aceras estrechas, invadidas de islotes «privados» que no guardan la alineación y con una amalgama de enlosados, luminarias anticuadas y una imagen global poco atractiva para los vecinos y visitantes. Es el panorama de las principales vías de entrada al casco urbano de Cangas que sucesivos gobiernos se comprometieron a mejorar y que el actual tripartito retoma, aunque precisa ir de la mano con la Xunta. Las prioridades son la avenida de Ourense, que acapara el mayor flujo, sobre todo por sus enlaces con Moaña y la Autovía do Morrazo, y las avenidas de A Coruña y Vigo, que conectan con Bueu y con el Corredor.

«Temos un proxecto ambicioso para mellorar as entradas ao casco urbano de Cangas, darlle unha nova imaxe, e queremos ir á Xunta con estudos topográficos serios e rigurosos para que financie a súa execución por fases», anunció en 2017 la concejala de Obras e Servizos, Mercedes Giráldez (BNG), aludiendo a la «humanización» de los accesos principales al centro del municipio. Antes lo había hecho José Enrique Sotelo (PP), y otros gobernantes municipales lo han puesto sobre la mesa desde hace al menos tres lustros, sin que se haya llevado a la práctica. El actual edil de Urbanismo e Medio Ambiente, Antón Iglesias (BNG) dice que es una de las «prioridades» del mandato, y lo tiene en agenda para concretar con la Axencia Galega de Infraestruturas (AXI) «o antes posible».

La idea global se mantiene: urbanizar esos tramos, eliminar barreras arquitectónicas, dotarlos de aceras con el mismo tipo de pavimento e iluminación más acorde a los tiempos actuales, además de aplicar una nueva capa de asfalto que complete la actuación. También se busca ajustar las construcciones conforme a la alineación que figura en las normas urbanísticas, y para ello el Concello promoverá las «cesiones voluntarias» antes de recurrir a la vía de la expropiación, como último recurso.

Del mismo modo, los responsables políticos quieren corregir los desniveles de las aceras en distintos tramos que en su día figuraban como privados pero pasan a formar parte del espacio público al quedar fuera de ordenación. No se trata solo de una cuestión estética y de mejorar la imagen caótica que se ofrece a vecinos y visitantes como carta de presentación, sino también de supresión de barreras arquitectónicas y de facilitar el tránsito a personas con movilidad reducida. No obstante, tendrán que encargarse los técnicos de plasmar esas intenciones en un proyecto cuyo coste global ascendería a varios millones de euros, según las primeras estimaciones y que se ejecutaría en varias anualidades a través de un convenio entre administraciones, proponen.

El Concello de Cangas dispone de un estudio topográfico de ambos tramos de acceso al centro urbano, que se considera «imprescindible» para realizar un proyecto y presentarlo a la Xunta de Galicia, y la intención de hacerlo. Pero poco más. El edil, como sus antecesores, reconoce que la actuación es «complexa» y que es necesario plantearla en varias anualidades para hacerla viable. «Queremos poñela a andar con este goberno e darlle continuidade cos que veñan detrás», apunta.

Suscríbete para seguir leyendo