La toxina hace acto de presencia y cierra 160 bateas en Bueu y Poio

El Intecmar cierra los dos polígonos entre Agrelo y Lapamán y otro en Combarro

Bateeiros de Bueu trabajando ayer en el muelle de mejilloneros de la localidad.

Bateeiros de Bueu trabajando ayer en el muelle de mejilloneros de la localidad. / Gonzalo Núñez 

Bueu

Las toxinas han tardado en aparecer pero finalmente han irrumpido. Y como suele ser habitual el primer lugar en sentir sus efectos es la ría de Pontevedra. En concreto, dos polígonos mejilloneros de Bueu y uno de Combarro (Poio), que en total suman unas 160 bateas. Las analíticas del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) constatan un aumento de biotoxinas lipofílicas y entre el lunes y el martes ordenó el cierre de los polígonos Bueu A1 y Bueu A2 [entre Agrelo y Lapamán] y el Portonovo A. En el litoral bueués solo sigue abierto, de momento, el Bueu B, en la costa de Beluso.

La situación que se estaba viviendo hasta la fecha se puede considerar inusual. En lo que va de año solo se había registrado un cierre de cuatro días en el parque bateeiro Bueu A1, dos en el Bueu A2, cuatro en el Portonovo A y otros dos en el Portonovo B, que se corresponden con un efímero episodio de toxinas registrado en febrero.

Un barco trabajando ayer en una de las bateas del poligoni Bueu B, que es el único que permanece abierto en Bueu.

Un barco trabajando ayer en una de las bateas del poligoni Bueu B, que es el único que permanece abierto en Bueu. / Gonzalo Núñez 

Esta situación es tan poco habitual a estas alturas del año que hay que remontarse hasta 2010 para encontrar un registro similar. En aquella ocasión los polígonos bateeiros de Bueu estuvieron abiertos ininterrumpidamente durante la primera mitad del año y el afloramiento de toxinas no se registró hasta finales de junio.

Hasta ahora los únicos polígonos mejilloneros que permanecían cerrados eran el de Camariñas (desde el 16 de enero), el de Muros en situación de cierre cautelar desde el 4 de abril y de Baiona, también con un cierre cautelar desde el 12 de abril. Los cierres decretados por el Intecmar en la ría de Pontevedra coinciden con el momento en el que el mejillón empieza a desovar y en todo caso esta situación no ha cogido por sorpresa a los mejilloneros. Los muestreos del Intecmar hace tiempo que indicaban una elevada presencia de biotoxinas en agua, unos índices que sin embargo aún tardaron en trasladarse al molusco. «Para Semana Santa xa contabamos estar pechados», reconocen algunos bateeiros. Eso sí, el mal tiempo y la «norestada» que se registró durante la semana pasada se dejaron sentir en las cuerdas y algunos bateeiros constatan que hubo desprendimientos en la cosecha de mejillón que se prevé poner en el mercado durante el verano.

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