El papa al que Bueu dedicó sus alfombras

La Asociación Cultural Alfombras de Bueu, que preside Carmen Santos, y que ha llevado el arte efímero de este municipio por medio mundo, quiere expresar su más «profunda emoción y respeto por el papa Francisco», que falleció ayer, y al que el colectivo tuvo el honor de dedicar alfombras florales en dos ocasiones, que califican de «memorables», en el Vaticano.

La primera, tal y como recuerda Carmen Santos, fue en 2016, con motivo de la clausura del Jubileo de la Misericordia, donde confeccionaron dos alfombras: una frente al baldaquino de la Basílica de San Pedro y otra en la plaza vaticana, “en el corazón de la cristiandad”. Se habían desplazado, además de Carmen Santos, su marido Manuel Alonso, María del Carmen Rodríguez, Carmen Farto, Loli de la Torre y Ataúlfo Cortizo. Realizaron un tapiz de 50 metros cuadrados que adornó la Via della Conciliazione, que une el Castello de San Angelo con la basílica de San Pedro y asistieron a la Audiencia Jubilar Papal en la que estuvieron a escasos metros del papa Francisco. Por la tarde trabajaron en equipo con las otras delegaciones para los dos tapices que adornaron la plaza de San Pedro.

Integrantes de la Asociación volvieron al Vaticano el pasado 14 de febrero, invitados a participar en el Jubileo de los Artistas. Allí, junto a otros 190 alfombristas internacionales, confeccionaron dos nuevas alfombras dedicadas al Santo Padre, tal y como señala Carmen Santos: «Nuestra intención era ofrecerlas con motivo de la misa del día 16 y la audiencia, pero la hospitalización repentina del papa alteró los planes».

Aun así, señala que se mantuvieron unidos «en la oración por su recuperación, durante la procesión hacia la Puerta Santa, en los oficios y en la oración nocturna dentro de la Basílica de San Pedro. Estuvimos en contacto diario con la residencia de Santa Marta para conocer su estado, y antes de partir del Vaticano, hicimos llegar al Santo Padre nuestro recuerdo y cariño».. La confección de los dos tapices estuvo dirigida por Manuel Alonso que también se encargó del diseño del tapiz de 300 metros cuadrados en la Piazza di Risorgimento.

Ayer, tras conocer el desenlace, «todos los alfombristas internacionales estamos informados y unidos en el dolor y la oración. Sentimos una mezcla de tristeza y gratitud al pensar que nuestras alfombras pudieron ser las últimas que vio el papa Francisco. Como alfombristas de paz, compartimos profundamente su deseo de un mundo sin guerras, como expresó en su último discurso antes de la bendición urbi et orbi. Su mensaje y su ejemplo quedarán siempre en nuestras manos y corazones, como inspiración para seguir sembrando arte, fe y paz», señala Carmen Santos.