Jueves Santo de pasión y lluvia

No es un buen año para la Virgen de los Dolores. El viernes pasado, su día grande, no pudo salir del templo y ayer, nada más salir y subirla a hombros los 26 costaleros que la llevaban se puso a llover fuerte. En una rápida maniobra en el atrio volvió a entrar. Solo terminó la procesión el paso de la Santa Cena, tapado con un gran plástico, que lo protegió de la lluvia.

Cangas

En Cangas se cumplen las tradiciones, pase lo que pase. Porque la procesión pudo salir antes de las 19.30 horas, porque la ciencia del tiempo pronosticaba ausencia de lluvia en un día, eso sí, nublado de esta primavera que no se da despegado del invierno. Pero no. La procesión salió a su hora. Pasaban unos minutos de las 19.30 horas cuando el paso de la Santa Cena (1880-1883 del escultor Ignacio Cerviño) salía de la excolegiata de Cangas con una facilidad que no tuvo después para entrar.

Arrastrada por una carroza de ruedas y con el auxilio de miembros de la Hermandad de los Dolores, enfiló pronto y sin lluvia la calle Real. El son de los tambores y cornetas ponía la banda sonora a esta procesión de Jueves Santo tan accidentada por el tiempo. El cielo esperó a que la Hermandad del Cristo Resucitado escenificara en el atrio de la excolegiata cómo Pilatos se lavaba las manos y se ponía la corona de espinas y el manto al Cristo del Perdón (Tiago López. 2022). También había salido ya del templo el paso de Jesús en la Flagelación (Jesús Richarte Mije 2019), de la Hermandad de los Dolores.

El paso de la Santa Cena, cubierto por un plástico subiendo a toda prisa la calle Real debido a la lluvia . |  Gonzalo Nuñez

La representación del lavabo de manos de Pilatos. / Gonzalo Núñez

Prácticamente todos los capuchones de las hermandades estaban ya en la calle y procesionando. La Banda de Música Bellas Artes estaba a punto de entonar, cuando la poderosa imagen de los Dolores tuvo que volver a entrar apenas unos minutos después de haberla sacado y levantado a hombros, entre los aplausos de los asistentes. Como iban en carroza de ruedas, la Santa Cena pudo realizar el recorrido entero (Calle Real, Alameda Vella y Avenida 25 de Julio para volver por Real).

Eso sí, fue tapada por un plástico con maderas que cubría la mesa que se adorna con comida real. Alguien lo sacó de algún sitio. La maniobra fue rápida. Más lento fue volver a entrar al templo. Todos los pasos a su entrada fueron aplaudidos por los fieles congregados. Hoy están previstas cuatro procesiones en Viernes Santo bajo amenaza de lluvia.

La Santa Cena salió sin su cáliz porque el cura lo impidió

Ya de mañana sonaron las alertas. Hubo llamadas que nos anunciaban que el cáliz que desde hace 90 años adorna siempre la mesa de la Santa Cena no iba este año. Había preocupación entre los feligreses, sobre todo entre los veteranos cofrades de la Hermandad de la Misericordia y del Gremio de Mareantes.

La Virgen de Los Dolores al salir del templo. |  G.N.

La Virgen de Los Dolores al salir del templo. | G.N.

Habían visto el paso y el cáliz no iba. Alguien pensó que en la exposición en la iglesia no, pero después en la procesión sí; pero tampoco. Miembros de la Hermandad de la Misericordia confirmaron que había sido una decisión que había tomado el actual párroco, Severo Lobato, con la que no estaban de acuerdo. En su opinión, el cáliz pertenece a la Hermandad de la Misericordia, que fue donado hace 90 años a la misma y que nunca dejó de ir en el paso. Sin embargo, el cura Severo Lobato, que llevó a restaurar el cáliz, mantiene que es de la Iglesia, no de la hermandad y por lo tanto es él quien toma la decisión de no permitir que vaya en el paso de la Santa Cena. Algo que los cofrades no entienden. Primero porque considera que fue donado a la cofradía y, segundo, que en la excolegiata hay más de diez cálices custodiados.

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