El Coro San José renovó «Quen puidera namorala»
La ronda a los Pepes y Pepitas por parte del Coro San José, dirigido por Pablo Costas, el hijo del eterno Tucho Perete, salvó los restos de la borrasca Martinho y sus voces y calentó la fría madrugada de ese sábado especial.

Pablo Costas, dirigiendo a un coro que se cubría con paraguas de la lluvia en la Praza do Arco. / FDV
A mediados de los años 90, el malogrado Tucho Perete había recuperado, en compañía de Ramón Fernández, la tradición mutilada por el franquismo de rondar a los Pepes y a las Pepitas nada más comenzar la jornada del 19 de marzo. En ese año perdido en mi memoria escuché la versión que ofreció el Coro San José la canción «Quen puidera namorala». Estaba como testigo otro ilustre, Guillermo Cameselle, el fotógrafo de FARO DE VIGO que tanto nos habló de esta tradición y que tanto le gustaba cubrir. La mencionada canción, con arreglos de Pablo Costas, volvió a sonar en la madrugada del sábado. El Coro San José la cantaba de otra manera que, aunque parezca distinta es igual. Una historia, cuando se cuenta otra vez, ya no es la misma. Y ese recuerdo de aquellos años sobrevoló también por muchos de los que estaban siguiendo en la fría noche al Coro San José en su tradicional ronda.

El Coro San José delante de Casa Macillos.
En la concentración a las 12.00 horas en la Plaza do Arco se tuvieron que abrir los paraguas, pero no se abrieron más. Tras cantar parte de su repertorio en la Praza do Arco, con un coro acompañado por jóvenes músicos del conservatorio, la ronda se dirigió a la Casa Macillos. Allí se volvía después de dos años. Allí se tenía que volver, a pesar del dolor, porque había que mantener la tradición, aunque costara alguna lágrima. Porque la familia del Macillos sabe que es por cariño. La veterana Casa de Comidas, con Josefa al frente, agasajó al Coro San José, supo percibir que su presencia era un honor. Y después se pasó a la Casa del Jefe, taberna que está en reformas, pero que se abrió para que el coro pudiese mantener la tradición de años. Allí, cuenta Pablo Costas, estuvieron hasta las 03.00 horas. Se cantó el repertorio de este año y se recordó el de otros. El recorrido terminó a las 05.00 horas del domingo y cuentan los que siguieron la ronda que fue una de las más divertidas de los últimos años. Además, en esta ocasión, fueron muchos los que acompañaron al coro en su ronda nocturna, que siempre es bueno para la fiesta, a pesar de que sigue siendo mayoría la gente de mediana edad que acude a esta tradición. Y ahí está Pablo Costas, en su empeñó de que acudan más gente joven, no solo a acompañar, sino también a cantar, que faltan tenores y bajos.

El Coro San José, en el interior de Casa Macillos.
Pablo Costas tiene la intención de grabar en el Auditorio las canciones del repertorio de cada año para que formen parte del archivo digital del Concello de Cangas y también está pensando en la idea de crear una asociación con el propósito de enseñar este tradición de Cangas en otros sitios. «Es hora de mostrar lo que hacemos», dijo.
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