Un «fallero» de Moaña
El artista Manuel Varela lleva más de 20 años en Valencia y trabaja en el diseño digital de las fallas, como este año en cuatro de las grandes

El artista, ante uno de los diseños en un taller. | FdV
Cristina González
Acaban de finalizar las Fallas de Valencia y Manuel Varela, de descanso en Moaña, ya está empezando a trabajar en los nuevos diseños de los monumentos satíricos que arderán en las grandes fiestas valencianas del próximo año. Hace más de dos décadas, el artista moañés, autor de las esculturas O Fisgón y la Porta do Rosal en Moaña; o la de Ondiña en Cangas, decidió irse a Valencia y allí vio la posibilidad de trabajar como artista de forma permanente en el diseño digital de las fallas en donde encontró un futuro.
En estas últimas Fallas, la mano de Varela está en cuatro de los grandes monumentos falleros que ardieron en la fiesta para la cual se plantaron más de 700 esculturas en calles y plazas de la ciudad y municipios de la zona, realizadas en diferentes materiales. El trabajo del artista moañés comienza cuando recibe el proyecto del diseñador de una falla y lo que él hace en su estudio es el modelado en 3D digital: «Paso del papel al modelado en digital en tres dimensiones, a través de un programa que hace el diseño. Se lo paso a mis clientes y ellos con unas máquinas que son robots impresoras 3D lo reproducen al tamaño deseado».

La falla «Orgásmica» de Cuba-Literato Azorín. / Fdv
Las Fallas son ahora una carrera por el tamaño. En una de las trabajó Varela medía 16 metros, tres veces más que su robusta escultura en piedra de O Fisgón, de 17 toneladas de peso. Varela explica que una vez reproducida la falla en corcho, los carpinteros armazonan por dentro y les dan una capa superficial de un material resistente para luego pintar, acabar la falla e instalarla en las calles en donde quedan expuestas varios días hasta la Cremá el 19 de marzo.

Manuel Varela, ayer, con Moaña de fondo. / Santos Álvarez
Este año colaboró en la falla «Orgásmica», del diseñador Carlos Corredera y de la comisión de Cuba-Literato Azorín, que debe su nombre a la calle en donde se «planta», en uno de los barrios más de moda de la ciudad, en Russafa. La escultura coronada por Afrodita, con Psique, Eros y posturas imposibles, optaba a uno de los premios de la Sección Especial. Es una de las categorías más altas, junto a las de la Sección 1-A, en la que también trabajó con otras tres fallas en la Avenida de l´Oest, Quart Palomar y Mercado Colón.

falla en Mercado Colón en la que también colaboró Manuel Varela. / Fdv
Las distintas secciones las marcan las categorías de las fallas, asegura el artista, en donde en la Especial hay monumentos por encima de los 100.000 euros. La ganadora este año «Convent de Jerusalem» tiene un presupuesto de 300.000 euros, señala. En la Sección de 1-A, los precios ya están entre los 70.000 y 80.000 euros.

Modelado en digital de una falla. / Fdv
Manuel Varela vive más la fiesta valenciana cuando es la Plantá, en el momento en el que se instalan las fallas, que es cuando asegura que se queda con la gente y se hace vida y relación social.

Falla en la avenida Oeste. / Fdv
Pero después, a medida que se acerca el día grande, todo es más agobiante. Por eso que aprovecha también para regresar a Moaña y disfrutar de su tierra. Por el momento, el artistas asegura que no tiene en proyecto ninguna escultura en piedra y asegura sentirse muy orgulloso de O Fisgón, instalada en diciembre de 2009, que se ha convertido en casi una imagen corporativa.
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