El busto de Xoán Piñeiro dejará de estar en la Alameda Vella

Casi en un acto clandestino, la alcaldesa de Cangas, Araceli Gestido, presidió ayer las pruebas para la colocación del nuevo busto de bronce del escultor Xoán Piñeiro, robado ya hace dos años y sin que nada se sepa quienes son los autores de este atentado contra el patrimonio cangués. Fue, más que nada un examen de la zona y una prueba para comprobar que el molde se ajustaba a la piedra. Estuvo presente el polifacético artista Camilo Camaño y también el presidente de la Fundación Xoán Piñeiro, Xesús Vázquez González. El molde del busto se probó en la misma piedra que está instalada en la Alameda Vella o los Xardíns de Félix Soage. Una piedra situada en una esquina, escondida de la gente, para bien, pero también para mal. Los que la robaron se basaron en la poca visión que hay del sitio para perpetrar el delito. Aseguran los expertos en este tipo de robos que del busto del famoso escultor cangués fue vendido, seguramente, al peso en ese mercado negro que hay del metal. El coste del nuevo busto es de 2.000 euros, que paga el Concello. ¡Tan poco dinero para tanto tiempo!

Pero hay más novedades en torno al busto de Xoán Piñeiro. El Concello de Cangas acordó con la Fundación que lleva el nombre del escultor cambiar de lugar la piedra que alberga el busto. Así se decidió que se instalaría en una pequeña zona verde situada cerca ya de la estación de autobuses. Con este cambio se pretenden dos cosas: que la escultura esté más visible y aumentar la seguridad. Porque en esa zona hay cámaras de vigilancia. La intención es que el traslado se realice cuando terminen las obras de Eduardo Vincenti y la Alameda Vella, que ya no está muy lejos.