Bueu y sus nuevos vecinos rompen el hielo

El Concello y Accem organizaron una charla de voluntariado y para dar a conocer el trabajo de la ONG con los refugiados que están en el municipio

Un momento de la charla de ayer en Bueu, con varios de los refugiados junto a trabajadoras y voluntarias de Accem.

Un momento de la charla de ayer en Bueu, con varios de los refugiados junto a trabajadoras y voluntarias de Accem. / Santos Álvarez

Bueu

El 1 de enero llegaron a Bueu 106 nuevos vecinos: un grupo de migrantes que primero llegaron a Canarias y luego fueron trasladados a la península. Ayer colectivos y ciudadanía tuvieron la ocasión de conocerlos un poco mejor y ellos pudieron contar parte de su historia. Fue en una charla que se presume como la primera de una multitud de actividades para su integración.

A las seis y media de la tarde ayer en Bueu hacía un frío que pelaba. Pero no en el interior del Centro Social do Mar, donde había un calor y una calidez muy especial. El Concello de Bueu y la ONG Accem organizaron una jornada de presentación entre la ciudadanía y colectivos locales y los más de 100 refugiados que llegaron al municipio el 1 de enero. Una especie de primera toma de contacto entre la población local y sus nuevos vecinos, que sirvió para «romper el hielo» y comenzar a dar pasos para una integración real y efectiva.

La iniciativa se puede considerar un éxito, tanto por la elevada asistencia de vecinos y representantes de colectivos como por la acogida brindada a estos nuevos bueueses. Una bienvenida que no fue solo con buenas palabras, sino con una voluntad clara de organizar actividades que faciliten esa integración y que las dos comunidades –la local y la africana– se conozcan mutuamente.

Las personas que tomaron la palabra se mostraron muy interesadas en saber cómo se pueden dar pasos para esa integración. «Lo que más ayuda es conocer gente o participar en todo tipo de actividades deportivas y culturales porque el deporte y la música son las mejores herramientas de integración. A veces, con la música y la danza salen cosas que no se pueden expresar con palabras», explicaba durante un momento de la charla uno de los responsables de Accem.

Sega, procedente de Mali, contaba ayer al público parte de su experiencia mientras estuvo en Mondariz Balneario.

Sega, procedente de Mali, contaba ayer al público parte de su experiencia mientras estuvo en Mondariz Balneario. / Santos Álvarez

Los presentes se interesaban por los desafíos que deben superar los migrantes. Algunos son obvios, como la burocracia, el aprendizaje del idioma... Pero hay otros que no son tan visibles y que parecen insignificantes, pero que en realidad no lo son. «Estamos hablando de cosas tan sencillas como saludar por la calle, abrir una puerta... Básicamente que los traten como a cada uno de nosotros nos gustaría que nos tratasen», señalan desde Accem.

El grupo que llegó a Bueu el 1 de enero está formado por 106 personas y algunas de ellas se sentaron en el escenario del Centro Social do Mar para contar de donde vienen y parte de su experiencia. Fue el caso de El Hadji, procedente de Mauritania; Ibrahima, de Guinea, o Mahamadou, de 26 años y originario de Mali. «Tenemos a personas que en su país trabajaban en la pesca, como El Hadji, que es un experto pescador de pulpo y calamar, mecánicos, albañiles... Es talento joven y fresco que quiere trabajar e integrarse», insisten desde Accem. Todos se mostraron encantados de su estancia en Galicia y en Bueu. Uno de los que intervino desde el público era Sega, natural de Mali, que contó con muy buen humor cómo durante su estancia en Mondariz Balneario participó en numerosas carreras por el monte con un club deportivo de la zona. En general todos coincidían en hablar del mar, de las playas y de la evidente diferencia entre la vida en Galicia y sus países de origen.

Una de las preguntas que se formuló por parte del público es a qué dedican su tiempo mientras están en Bueu. Así se explicó que reciben clases de español; hay al menos 20 personas que acuden todos los días a Vigo a cursos de formación, como reparación de barcos o comercio; otro está a punto de realizar la formación de marinero-pescador en la Náutica de Bueu; o acuden a actividades prelaborales para facilitar su inserción en el mercado de trabajo. También hay quien necesita más tiempo por cuestiones de salud o porque aún se están recuperando a nivel psicológico. «Aún así a veces es difícil llenar todas las horas del día. Podemos asegurar que no están ‘a velas vir’ ni de vacaciones, es gente que está acostumbrada a trabajar y se les hace cuesta arriba estar parados», explican desde Accem. A otra de las cuestiones planteadas desde el público desde la ONG subrayó que la inmensa mayoría de los migrantes cuenta con los permisos necesarios para trabajar.

Durante la charla tomaron la palabra representantes de diferentes colectivos, como los alfombristas o el Cineclub Bueu, que se mostró interesado en proyectar películas de los países de procedencia de los refugiados. Pero también personas de a pie que querían mostrar su deseo de colaborar como voluntarios para cualquier tipo de actividad que ayude a su integración. Una de las intervenciones más señaladas fue la de dos profesoras del IES Rodeira, que planteaban la posibilidad de que los migrantes participasen en charlas o talleres con los más jóvenes. Una idea que surge al detectar que entre una parte del alumnado hay falta de empatía y existen prejuicios con respecto a los refugiados. Por ello defienden que sería interesante que les contasen cómo es salir a buscarse la vida más allá del entorno más cercano y embarcarse en una travesía en la que en demasiadas ocasiones lo que se encuentran es la muerte.

Varios de los migrantes y el numeroso público que acudió ayer a la charla en el Centro Social do Mar de Bueu.

Varios de los migrantes y el numeroso público que acudió ayer a la charla en el Centro Social do Mar de Bueu. / Santos Álvarez

«Podemos conocer su cultura y sus países sin tener que movernos»

La ONG Accem mantiene una estrecha colaboración con el Concello de Bueu a través de las concejalías de Cultura y Benestar Social, cuyas responsables –Carmen García y Laura Ogando– estuvieron ayer en la jornada. Ayer mismo algunos de los migrantes estuvieron en un colegio del municipio dentro de los actos del Día de la Paz y en los próximos días el Concello mantendrá una reunión con los clubes deportivos para buscar vías y actividades que ayuden a que los refugiados se sientan parte de la comunidad.

Desde Accem argumentan que su presencia en Bueu supone una oportunidad para la ciudadanía local. «Tenemos que entender que nosotros también podemos aprender de ellos. Podemos conocer su cultura y ‘viajar’ a sus países sin tener que movernos», explicaban. Así, a lo largo de los próximos meses de pueden organizar torneos deportivos, carreras y limpiezas ambientales solidarias y comidas o jornadas gastronómicas. El menú es casi infinito.

Tracking Pixel Contents