La danza de Aldán: entre Washington y Donosti
La Tamborrada, en Donosti y la Danza, en Aldán son fiestas que celebran a San Sebastián, santo al que se encomendaban los hombres y las mujeres cuando la peste hacía estragos en Europa
El atrio de la iglesia de San Cibrán volvió a acoger el baile ancestral en el que participan 10 galanes, 5 damas y un guía

Marta G. Brea
Después de San Amaro, San Sebastián. Después de la quema, la Danza. La Tamborrada en Donosti y la gaita en Aldán. La toma de posesión en Washington, las venias en el atrio; las mañanas del 20 de enero. La de este 2025 coincidía en lunes, con cielo plomizo y pronóstico de lluvia, situación que hacia temer que la afluencia a la famosa Danza de Aldán, en el atrio de la iglesia de San Cibrán, fuese menor de lo acostumbrado, aunque siempre están esos fieles que llegan desde lo más remoto para asistir a la Danza, grabada a fuego en la memoria colectiva de los vecinos de Aldán. Y, a pesar de eso, por alguna razón, no es santo festivo en la parroquia. Como comentaban en el atrio, hubo un tiempo en el que tal día como el de este lunes no había ni colegio. Eran otros tiempos. Ahora va todo más de prisa .
Con bombas de palenque , que se lanzaban desde la playa de San Cibrán, se advertía a la parroquia que la misa solemne había acabado y que salían por la puerta de la iglesia parroquial las imágenes de la Virgen del Carmen y San Sebastián. Era recibidas por las «venias» del guía de la Danza y, poco después, empieza la ancestral Danza, la que se baila siempre igual desde hace 300 años.
Participan 10 galanes, 5 damas y un guía: Antonio Docampo, que lleva décadas en el cargo, al que no es fácil llegar, como tampoco lo es formar parte de este particular cuerpo de baile. La lista de espera para participar es grande y están muy arraigado que la tradición pase de padres a hijos e hijas. Ellos visten austeros, con traje negro, sombrero de fieltro y banda roja. Nos comentaba un miembro de la asociación que protege y cuida la Danza, que en la época de Franco la banda de color rojo era roja y amarilla y que después se decidió que fuera roja, como el color del santo.

Histórica "Danza de San Sebastián" en Aldán / Marta G. Brea
Ellas, las damas, danzan con sus pesados y floreados sombreros; lucen traje blanco con mantón negro y mandil lleno de bordados. Sus cuerpos resisten también el peso de grandes collares y el pelo lo llevan recogido en una trenza. La danza se hace larga para los que la bailan. Son casi 45 minutos de una coreografía cuyo ritmo lo marca una gaita y un tambor. Rodean el atrio hasta que las imágenes religiosas para su procesión y comienza ya en todo su esplendor en baile. Los muros del atrio se llenan de cámaras de fotografía y a sus lomos suben los más curiosos, que no quieren perderse una de las joyas de Aldán. Tiene esa capacidad de atraer a los que un día se fueron lejos de su pueblo. Y no es fácil, porque no es festivo, y menos cuando coincide en lunes. Pero aún así lo consigue.
Tiene la Danza un son que fatiga, pero a la vez embriaga en ese repetitivo ritmo donde las castañuelas tienen mucho que ver. Y se aplaude cuando el cuerpo de baile danza hacia atrás sin perder el compás.
El espectáculo acaba cuando la Virgen del Carmen y San Sebastián vuelven a entrar en la iglesia. Fuera del atrio se venden rosquillas, se reparten calendarios de la Danza y se mira al cielo, siguiendo la trayectoria de una bomba de palenque.
Una tradición con lista de espera
Hubo algo de susto por la mañana en el ensayo general de costumbre. Una de las damas no se presentó a la hora y fue la joven Jimena Hermelo Correa, de 13 años de edad, quien ocupó su puesto en esta práctica. Pero se quedó todo en un susto, porque apareció después y participó en la Danza con toda normalidad. Jimena Hermelo nos comentaba que su padre, Raimundo, era uno de los galanes y que ella llevaba tres años asistiendo a los ensayos, preparándose para un día formar parte del cuerpo de baile. Asegura que le haría mucha ilusión poder bailar algún día con su padre. Raimundo Hermelo nos habla de que hace tres años que participa en la Danza, que bailó su abuelo y que su padre nació un 20 de enero.
La madrina encargada de organizar la fiesta este año fue Ana Hermelo Pousa. Que tiene las atribuciones, entre otras, de ir a pedir por las casas, encargarse de las flores de la iglesia, así como la de pagar la cena del día anterior de los danzantes. Se accede al cargo de forma voluntaria y acostumbran a ser personas que están ofrecidas al Santo. Ya no hay peste en Aldán, y, por suerte, la pandemia ya encontró su vacuna. Pero siempre hay causas para su santo.
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