A Borneira confía en que el traspaso de la gestión del litoral a la Xunta agilice la concesión de Vilariño

La petición lleva años encallada en Madrid

El pantalán de la séptima lista de A Borneira en Cangas.

El pantalán de la séptima lista de A Borneira en Cangas. / Gonzalo Núñez 

La asociación de la séptima lista A Borneira de Cangas despide el año con la asamblea general celebrada este fin de semana y con la esperanza de que 2025 sirva para desbloquear una de sus reivindicaciones históricas: que se le otorgue una concesión en Vilariño para un pantalán de abrigo. Esta solicitud lleva en punto muerto más de una década en Madrid, pero con la transferencia de la gestión del litoral por parte del Gobierno central a la Xunta de Galicia el asunto podría desencallarse.

Así lo explica el representante de A Borneira, Samuel Pousada, que confía en que este cambio en el centro de decisión sirva para obtener por fin la concesión, que permitiría afrontar una obra que serviría para mejorar la seguridad del actual pantalán y para incrementar las plazas de amarre.

La directiva de A Borneira también dio cuenta de que en primavera comenzarán los trabajos para cambiar el suelo de tres módulos en el pantalán de Cangas y de medio módulo en la pasarela de entrada. Se trata de una obra costosa y Pousada explicó que en una reunión reciente con la alcaldesa de Cangas, Araceli Gestido, se solicitó la colaboración municipal. «El encuentro fue positivo y esperamos tener una contestación a principios de año», apunta. La otra que afrontará A Borneira en primavera es la colocación de cinco nuevos brazos de amarre, que se situarán en la parte exterior del pantalán de Cangas y que permitirán el atraque de embarcaciones de mayor tamaño.

La asociación también acordó solicitar una reunión con el conselleiro de Mar, Alfonso Villares, para conocer el alcance de la normativa que obliga a declarar las capturas. Los pescadores deportivos confían que la pesca en aguas interiores quede exenta de este engorroso trámite.

La asamblea del sábado de A Borneira comenzó con polémica porque la reunión iba a ser en el salón de plenos del Concello de Cangas, que estaba reservado con antelación. No obstante, la directiva y los socios se encontraron con el espacio ocupado por un curso. «Estuvimos una hora esperando en la calle hasta que llegó un concejal y nos dijo que podíamos usar una sala del Centro Social. Pero pediremos una reunión con la alcaldesa para saber qué ocurrió», se queja Samuel Pousada.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents