Los corzos ya rondan el mirador de A Fraga

Petroglifos como el de A Xesteira, en Meira, y otros grabados rupestres constatan la presencia de cérvidos en los montes de Moaña desde hace miles de años, pero en las últimas décadas lo más cerca que se les ha visto del municipio ha sido en el refugio de fauna salvaje de Cotorredondo, junto al lago Castiñeiras.

El registro de avistamientos acaba de actualizarse esta semana por la presencia de tres ejemplares –probablemente una madre y dos crías– entre el mirador de A Fraga y O Meixueiro, y uno de ellos incluso pudo ser fotografiado entre la vegetación y la llovizna que favorecen su camuflaje.

Eran las cinco de la tarde del martes cuando un vecino de O Piñeiro que bajaba desde la carretera de Marín hacia Berducedo se encontró por sorpresa con un pequeño grupo de animales que correteaba entre la maleza. Primero creyó que era un rebaño de cabras, y en realidad se trataba de ejemplares de esa misma especie, capreolus capreolus, nombre científico del corzo. Tuvo el tiempo justo de parar el coche, coger el teléfono móvil, bajar la ventanilla y fotografiar al más rezagado del grupo.

La presencia de corzos en el entorno rural de Moaña confirma su asentamiento en O Morrazo en los últimos años, pues ya hay constancia de ejemplares en O Hío e incluso fueron grabados cerca de las casas o nadando en Arneles.

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