Investigan a una tercera persona por la desnutrición que llevó a la muerte a la anciana de Cangas

Con cierta sorpresa y consternación acogieron algunos residentes en la calle Colón, en el Casco Vello de Cangas, la noticia de que una vecina suya, de 78 años, habría fallecido en su casa el pasado 3 de noviembre por un «déficit alimentario severo» y que familiares suyos fueron interrogados por la Guardia Civil para investigar su posible responsabilidad en los hechos.

La autopsia a la mujer se habría basado en las circunstancias «sospechosas» del óbito y es la que desembocó en la detención de un hijo y una nieta por parte de la Benemérita, que ayer confirmaba que hay una tercera persona investigada. Los familiares, a través de uno de los abogados defensores, mostraron ayer su sorpresa y el letrado criticó las filtraciones de la Guardia Civil, además de mencionar que ni él ni el abogado de la otra detenida había tenido acceso a los autos judiciales. En este sentido, aconsejaron a sus defendidos no declarar.

Una casa de los horrores en pleno centro de Cangas: una anciana encamada muere de hambre y un hijo y una nieta, sospechosos

Lo cierto es que el caso, que se inició en el Juzgado Número 1 de Cangas, está sin concluir, y los detenidos no pasaron a disposición judicial, como ayer informaron algunos medios. Desde el juzgado se había pedido simplemente a la Guardia Civil que, en base al informe del forense que certificó la muerte de la mujer al negarse los técnicos de la ambulancia, como acostumbra a suceder en este tipo de situaciones, investigara las circunstancias para aclarar la muerte judicial.

Las dos personas que fueron detenidas por la Guardia Civil convivían en la misma vivienda situada en el entorno de la iglesia excolegiata junto a la anciana y el compañero de esta, un hombre también de avanzada edad y con problemas serios de salud. Pero más que un hogar, por las condiciones tan precarias que presentaba la vivienda, los investigadores la comparan con una «casa de los horrores». Varios vecinos apuntan que a la familia «no le sobran recursos», y señalan a la fachada de la vivienda, con algunos cartones y folletos tapando huecos en la puerta de entrada.

Homicidio imprudente

A los dos interrogados se les acusa de un presunto delito de homicidio imprudente al sospecharse que desatendieron a la mujer, quien llevaba encamada desde hace años. «Hace bastante tiempo que no la veo en la calle, incluso creí que había fallecido antes», señala una comerciante de una calle adyacente.

Ambos familiares quedaron en libertad tras tomárseles declaración en sede policial, según confirmó ayer por la mañana el subdelegado del Gobierno en Pontevedra. Abel Losada precisó que la investigación afecta también al marido de la fallecida, si bien los responsables de las pesquisas ven poco probable la intervención de este hombre dado su debilitado estado de salud y sus problemas de movilidad.

Para varios vecinos de esta mujer consultados por FARO, las circunstancias sospechosas de su fallecimiento son una sorpresa. Coinciden en que hace muchos años que no la veían por la calle, pero que en absoluto podrían sospechar que sufría esa supuesta desatención por parte de sus familiares. «De lo que no tengo constancia no puedo hablar», señaló otro de los residentes en el entorno de la vivienda de la fallecida, que apuesta «por la prudencia».

Tampoco el Concello de Cangas tenía constancia de lo que supuestamente estaba ocurriendo en el interior de esa vivienda o algún indicio de que pudiera afectar a una persona hasta el punto de conducirla a la muerte. «Descoñezo se algunha vez acudiron a Servizos Sociais na procura de axuda», asegura la alcaldesa Araceli Gestido, que también reclama «prudencia» a la hora de especular sobre lo que realmente sucedió.

Alfredo Iglesias: «Escasamente fuimos informados de la investigación de la Policía Judicial»

El abogado del hijo del fallecido, Alfredo Iglesias, considera que en este tipo de casos se debe actuar con máxima prudencia a la hora de trasladar datos, con el propósito de evitar una condena social anticipada a personas, que, de momento, no figuran ni como investigadas. Señala que escasamente fueron informados de los elementos esenciales de la investigación por parte de la Policía Judicial de Cangas: "No hemos tenido acceso a los autos judiciales, lo que nos obliga a aconsejar a nuestros defendidos que se acojan a su derecho de no declarar en sede policial en tanto no nos instruyamos en la causa». Lamenta que conductas inadecuadas propongan como verdades indiscutibles algo que aún está pañales de un proceso penal.

Alfredo Iglesias manifiesta que la «repercusión pública de la detención no tendrá, a lo largo de mucho tiempo, o quizás jamás, reparación en el caso de que nunca resulten condenadas por los hechos que se les imputan, lo que lesiona gravemente sus derechos como ciudadanos».