El Concello de Bueu adquiere un racú para exponerlo en el antiguo astillero de Purro

El "Zapateiro" tiene casi siete metros de eslora y fue construida en madera hace más de 40 años

La embarcación, ya colocada en el espacio de la antigua carpintería de ribeira.

La embarcación, ya colocada en el espacio de la antigua carpintería de ribeira. / Gonzalo Núñez

Los fondos de la antigua carpintería de ribeira de Banda do Río cuentan desde ayer con un nuevo elemento. El Concello de Bueu ha conseguido la cesión de una nueva embarcación, un racú de casi siete metros de eslora con más de 40 años de vida y que es testimonio viviente de una forma constructiva ya en desuso. El barco, realizado completamente en madera, fue trasladado desde el puerto hasta el astillero de Purro, donde permanecerá primero provisionalmente a la espera de su restauración y después se quedará de forma definitiva.

"Fue una oportunidad que surgió porque se iba a desguazar", explica Carmen García, edil de Cultura, que a través de la Asociación Os Galos se puso en contacto con la propiedad para conseguir la cesión gratuita del "Zapateiro". La semana pasada se gestionó con el departamento de Seguridad Marítima de Capitanía el certificado que acredita que el buque irá destinado a exposición y ayer se procedió a su traslado. Resta ahora acometer su acondicionamiento, una tarea que se desea sea participativa y que se hará a través de unos obradoiros bajo la dirección de Os Galos.

Con la incorporación del racú, únicamente faltaría el bote polbeiro para completar el espacio museístico del astillero, ya que se uniría a la chalana, la dorna, el bote auxiliar y la gamela. "Seguimos incorporando elementos para darle valor a la carpintería", apunta la concejala de Cultura.

Construida a mano en Beluso

Darío Campos, último dueño de la embarcación, sitúa su origen cuatro décadas atrás, cuando fue construida en una casa en el lugar de Sar, en la parroquia de Beluso, por dos carpinteros de ribeira que trabajaban para Purro. Se trata de un barco artesanal, completamente hecho a mano, y con una característica popa redonda. "Lo hizo un primo de mis padres que andaba a la nécora, pero él no se adaptó al barco porque estaba acostumbrado a navegar en chalana", explica Campos.

Luego pasó por otras dos manos antes de llegar a las suyas tras haber perdido su barco. "El casco estaba en el monte, así que lo cogí, lo limpié y solamente le puse un motor", explica. Con él se dedicó a faenar a la vieira, a la centolla o a la ostra. "Era un barco muy marinero, era pequeño pero navegaba muy bien", señala con cierta nostalgia, antes de añadir que "es el último barco de la ostra".

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