La ELA pone en evidencia al SAF

Susana Pena cuida de su marido, enfermo de la ELA, con 57 años de edad, con su gato.

Susana Pena cuida de su marido, enfermo de la ELA, con 57 años de edad, con su gato. / G. NUÑEZ

Cuando el nuevo contrato del Servicio de Axuda No Fogar está pendiente de salir a concurso, cuando gobierno y oposición se lanzan acusaciones, cuando la situación contractual actual está un poco en el limbo, los usuarios aumentan las quejas ante la empresa concesionaria Fepas, ante los técnicos de Servicios Sociales del Concello de Cangas, ante el propio gobierno de Cangas.

Algunos usuarios empiezan a mostrar su desesperación por los cambios imprevistos de trabajadores, las llamadas a última hora de que no hay un cuidador o cuidadora para cubrir una baja. Porque la principal contestación de la empresa es que hay mucho personal de baja. Con el presupuesto para este año aprobado, se esperaba más rapidez a la hora de sacar el concurso el contrato, para lo que se reversó una de las partidas más altas en ese proyecto económico del tripartito, 1.4 millones de euros.

Carlos Rúa tiene 57 años de edad. Desde hace dos años fue diagnosticado de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Apenas ya puede hablar y su movilidad de nula. Desde hace no más de cuatro meses, su mujer, Susana Pena, de 56 años de edad, consiguió la Axuda No Fogar. Antes, ella había dejado de trabajar para cuidar a su pareja, a la que la ELA golpeó con denodada fuerza. Pero está más cansada de luchar contra la administración que contra la enfermedad de su marido. Asegura que la empresa de Axuda No Fogar no ofrece personal cualificado para afrontar los cuidados que lleva aparejados la terrible enfermedad de la ELA. Pide que el servicio mande hombres, que tenen más fuerza para mover a su marido. Pero nos comenta que la respuesta de la empresa es que consiga una grúa. Ella no cree necesario tanto aparato. Nos recuerda que su esposo pesa ahora 80 kilos y que un cuidador varón lo manejaría más fácilmente. Ella lo hace. Porque ella siempre está ahí. Principalmente porque no se fía. Y no lo hace porque cada día le mandan a un trabajador distinto. Susana considera que este este tipo de enfermedades es bueno para el paciente contar la mayoría de los días con un mismo cuidador, que va notando como ella los cambios en el paciente y uno se iría adaptando al otro. Pero no. La empresa afirma que no puede ofrecer cuidados a la carta. Y otra vez surgió el tema de que hay mucho personal que se encuentra de baja.

Desde hace un tiempo lucha con los técnicos de Servicios Sociales de Cangas para conseguir que un fisioterapeuta acuda a su casa a atenderlo. Primero le dijeron que carecían de personal, algo que Susana considera debe resolver la propia empresa. Pero esto no la molestó tanto como el hecho de que desde Servicios Sociales le pidiera informes e informes. “¿Es que no saben lo que es la ELA? Lleva dos años diagnosticado de la enfermedad y el deterior va a más. No entiendo lo de los informes. No me lo puedo creer

Susana Pena dejó de trabajar para cuidar a su marido. Como dice ella, necesita un cuidado de 24-7; es decir, 24 horas durante los siete días de la semana. Ahora está inscrita como demandante de empleo, pero tuvo que rechazar varias ofertas porque la situación que vive con el Servicio de Axuda No Fogar no le ofrece garantías para regresar con tranquilidad al mundo laboral.

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