La Silla de Meira, una «emigración sin retorno»

Han pasado 14 años de la instalación por sorpresa de la silla gigante de Meira, donde hoy el Concello de Moaña ha puesto en valor la torre medieval

Sus autores Xulio Lago y Roberto Brañas tienen un proyecto para una plaza de siete sillas

Recreación del proyecto de «La plaza de las sillas» de Xulio Lago y Roberto Brañas.

Recreación del proyecto de «La plaza de las sillas» de Xulio Lago y Roberto Brañas. / FdV

Una revista de viajes de ámbito nacional incluyó en sus páginas el pasado fin de semana un reportaje de la pequeña localidad madrileña de Puebla de la Sierra y su paseo escultórico «El Valle de los Sueños», bajo el título «Donde el otoño es una obra de arte». Y abriendo página, la silla gigante de Meira, la réplica que sus autores, los artistas locales Xulio Lago y Roberto Brañas, realizaron de la de madera de más de 4 metros de altura que en septiembre de 2010 montaron por sorpres en la cima del monte A Torre de Meira, y cuya autoría no confirmaron hasta unos días después generando una gran expectación.

La silla gigante de Meira dio la vuelta a España, se convirtió en un fenómeno mediático y sus artistas lograron el sentido con la que realizaron la intervención de «siéntate y mira». Desde la cima de la colina se divisaba toda la ría de Vigo, como a vista de pájaro, y muchas personas acudieron a su llamada, a conversar, a reunirse, a disfrutar del entorno.

Dos vecinas de Moaña conversan en 2010 junto a la silla de Meira. |  G.N.

Dos vecinas de Moaña conversan en 2010 junto a la silla de Meira. / G.N.

Sin embargo, la instalación tuvo que desmontarse una semana después debido a la denuncia de un grupo ecologista, ya que los terrenos estaban catalogados por Patrimonio debido a los restos de una torre que el Concello de Moaña ya ha puesto en valor.

El gobierno de entonces obligó a retirar la silla, que a punto estuvo de costar a sus autores una sanción de 150.000 euros por el expediente de Patrimonio. Las piezas se guardaron en el estudio de los artistas hasta que el Concello dejó que el pequeño ayuntamiento de Puebla de la Sierra, en Madrid, se la llevara en enero de 2011 para «El Valle de los sueños» formando parte de la colección de 116 piezas ecultóricas que fue reuniendo el artista local Federico Eguía para este valle.

La silla, que no ha perdido su seña de identidad como «Silla de Meira», impacta en el bosque. ¿Pero podrá volver alguna vez a su lugar de nacimiento? Xullio Lago asegura con pena que es una «emigración sin retorno». También Roberto Brañas reconoce que no quedó «ningún tipo de constancia que la recuerde».

Con aquella silla, eso sí, dice Brañas que la gente empezó a reconocer el sitio y fue un punto de partida para recuperar la torre que «me encanta, es espectacular». También ayudó a reunir en una exposición colectiva a todos los artistas de O Morrazo en Moaña, pero después de aquello no se hizo más. Por eso Brañas considera que se debería recordar y darle continuidad.

Los artistas han seguido trabajando en proyectos como «La plaza de las sillas», que hace unos años presentaron en la Diputación de Pontevedra para ubicar en Vigo aunque nunca se llevó a cabo. Estas siete sillas podrían devolver a Moaña, sin el protagonismo que tuvo la de Meira, pero recordándola.

Otro detalle del proyecto "La plaza de las sillas".

Otro detalle del proyecto "La plaza de las sillas". / FdV

Con los colores LGTBI

Se trata de un conjunto escultórico proyectado para un espacio público, que consiste en la instalación de siete sillas de hierro a diferentes escalas y colores. Las medidas oscilan entre los cinco metros y el medio metro, distribuidas aleatoriamente ocupando el espacio de manera equilibrada.

«Se trata de un proyecto interactivo de carácter urbano en el que se pretende generar un diálogo entre los elementos instalados, el propio espacio y las personas que lo habitan, dando cabida a todas las edades, razas y géneros». Los colores corresponden con los de la bandera LGTBI para potenciar su carácter inclusivo y conseguir también un escenario multicolor y de diversidad. La silla lleva a la reflexión sobre nuestro tamaño real y lo que nos rodea, indican los artistas.

La alcaldesa de Moaña, Leticia Santos, asegura que desconoce dicho proyecto y sobre el regreso de la silla añade que no está previsto. Tiene claro que en la zona de la Torre de Meira no podría instalarse por la protección patrimonial existente y por la puesta en valor del castillo que el Concello está levantando. Señala que la acción artística en su momento pretendía llamar la atención sobre el lugar que «hoy gracias al trabajo de la Comunidad de Montes de Meira y del Concello con la financiación de la Diputación en el mandato pasado, se consiguió poner en valor».: «Por lo tanto el propósito está cumplido».

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